Por: LevantArt
Por Dibuks (Editor.d)
Si queremos dirigir nuestras vidas debemos tomar control de nuestras acciones. No es lo que hacemos una vez lo que nos moldea, sino lo que hacemos consistentemente.
Anthony Robbins
Después de haber recorrido las diferentes etapas del juego de la seducción en su conjunto, veremos por fin cómo funciona la totalidad, de una forma casi natural. Al fin y al cabo, los hombres y las mujeres han tenido sexo desde el comienzo de los tiempos, no es nada del otro mundo. Pero una cosa es tener sexo y otra es tenerlo con quien queramos y de la forma en que queremos. Cuando una mujer nos atrae mucho, actuar sin limitaciones produce una satisfacción incomparable.
En cambio, si ella no nos importa tanto, probablemente nos resulte relativamente fácil llegar a tener sexo. En ese caso, no pensamos ni sentimos demasiado lo que hacemos; así y todo, las cosas pueden encaminarse y es posible que acabemos juntos, en la cama. Pero cuando terminamos, quizá deseemos no estar allí. En cambio, si la mujer nos atrae mucho, cada vez que le hablamos nos idiotizamos. Pensamos cada cosa que hacemos y tenemos la impresión de que todas nuestras palabras y acciones la alejan un poco más (y es probable que no estemos muy equivocados). Actuamos apresuradamente porque el momento con ella nos incomoda y queremos quitarnos la presión de encima. Somos como un jugador de fútbol nervioso al que le pasan la pelota y la pasa a su vez rápidamente, sin mirar. La invitamos a salir antes de tiempo, le pedimos el teléfono con excusas tontas y pensamos tanto en besarla que no podemos mantener una charla normal… También cometemos errores de congruencia: somos de una manera cuando está frente a nosotros y de otra cuando tenemos que escribirle un e-mail. Todas estas cosas generan una imagen confusa y poco atractiva. No es que seamos idiotas, sólo estamos actuando mal porque estamos tensos.
Para seguir con la analogía: debemos proceder como un jugador de fútbol antes de un partido importante. Necesitamos prepararnos. Esto no significa que debamos cambiar nuestra forma de ser, sino que tenemos que movernos de manera inteligente y con la seguridad de obrar del mejor modo posible, como lo hace un profesional ante una situación crítica. Y recordemos: nadie gana todos los juegos. Un ganador es quien da lo mejor de sí. Dediquémonos, entonces, a analizar paso a paso qué es lo mejor que podemos hacer y a llevarlo a cabo con la mejor energía posible.
Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”, de Martín Rieznik y Mike Tabaschek. Adapatado especialmente para INFOBAE.COM. Los primeros capítulos del libro pueden descargarse gratuitamente de la web de la editorial Dibuks (www.dibuks.com).