Por: Roni Bandini
“Your eyes say no-no but my mouth says yes-yes.”
Freddy Krueger
Me gustan los eBooks, no lo voy a negar. Creo que plantean un modelo de balance positivo para los autores y para los lectores. Con respecto a las papeleras, imprentas, distribuidoras, depósitos y aduanas, tengo fe en que van a encontrar alguna otra fuente de ingresos.
El hecho de que me gusten los eBooks me hace señalar con mesura algunas cuestiones que merecen atención. Debajo, las siete pesadillas del eBook.
Big Brother sabe lo que compran, leen, buscan y subrayan
El primer paso de configuración en un eReader es indicarle al equipo quién es el dueño y cuáles son sus datos de tarjeta de crédito. En tiempos de NSA y gobiernos obligando a las empresas a entregar sus bases de datos, Big Brother sabe lo que compran, lo que leen, lo que buscan y lo que subrayan. Ver http://blogs.infobae.com/mundo-ebooks/2013/09/13/privacidad-de-los-ebooks/
Avalancha de títulos similares en autopublicación
Alguien que intente buscar el megahit literario 50 Shades of Grey de E. L. James se topará en Amazon con Shades of Pearl de una tal Arianne Richmonde, Shades of Grey de Michael Cargill, Shades of Grey de JC Phelpsy y Fifty Thousands Shades of Grey de SC Aschen, entre otros.
Ni siquiera es necesario copiar un megahit. Cualquier libro que empiece a mostrar cierto éxito en ventas puede tener en minutos, una copia berreta con similar título y tapa compitiendo en el mismo espacio y confundiendo lectores.
DRM obsoleto
A principios de Febrero, la firma Adobe anunció que iba a actualizar la hiperrecontra hackeada tecnología DRM con deadline en Julio de 2014 y sin un plan de compatibilidad retroactiva. Resultado: un eReader o aplicación de lectura no actualizada no podrá leer eBooks con el nuevo DRM y un nuevo eReader podría no leer los eBooks ya comprados legalmente.
Adobe reconsideró luego el deadline, pero no necesariamente la decisión.
Disputa de autoría
Juan Pérez es un autor Argentino que, a causa de cierto talento más el alineamiento de planetas, logró un éxito en eBook. Cuenta con registro en Derecho de Autor e ISBN. Sin embargo, alguien en Estados Unidos vende ilegalmente su libro a través de Amazon.
Ante el reclamo, el departamento de legales de Amazon tiene que determinar si vale el formulario manuscrito de un país sudamericano o un registro de copyright local. ¿Adivinen quién gana?
Eliminación de eBooks comprados
Así como comprar un tiempo compartido no es comprar la habitación que usan de tanto en tanto en Cancún, comprar un eBook, no es comprar el libro en sí sino suscribir un contrato de lectura que puede ser revocado. En 2009, Amazon borró eBooks de los Kindle de sus clientes a causa de una disputa por los derechos sobre las obras. ¿Las obras en cuestión? 1984 y Rebelión en la Granja (les juro).
Obsolescencia programada
Dado que la compra de eBooks es en realidad la suscripción de un contrato de lectura, si la empresa que garantiza dicho contrato entra en bancarrota, nadie va a actualizar la aplicación de lectura o le va a dar soporte técnico al viejo eReader con la batería quemada o la pantalla rota. Y sin el medio no hay acceso al contenido.
Falta de integridad en la piratería
Escritores como Pérez-Reverte ya declararon estar muy preocupados por la piratería de los eBooks y tienen ciertos motivos. Pero así como la violación puede verse empeorada por la falta de profilácticos, la piratería puede verse empeorada por la falta de integridad.
Digamos que alguien quiere arruinar la reputación de un escritor. Basta con piratear su eBook agregando, por ejemplo, una dedicatoria antisemita. Borges nunca pudo despegarse de Instantes, suerte con remover ese Heil Hitler las primeras páginas del eBook pirata que da vuelta por Torrents y sitios de descarga.
Ahora podés leer libros de Kindle sin Kindle. Descargá la app gratuita de Amazon ahora.