Uruguay-Brasil. El Chuy. Original Paso Fronterizo

#RecordarEsViajar

Recuerdos de mis Viajes por Brasil-Uruguay.

 

Volvía de Brasil. Porto Belo se había ocupado de hacerme pasar unos días maravillosos, con sus costas bañadas de aguas cristalinas. Eso sí. Con una buena “caipira” entre las manos. Era muy temprano, domingo y estábamos cambiando el equipaje del micro de origen brasilero a uno de origen uruguayo. Estaban uno al lado del otro. Nos separaban una pequeña veredita y cada uno estaba en su propio territorio. Intercambiábamos de un país a otro con un solo paso. Cosa rara si las hay. Pero esto ocurre en estos pueblos fronterizos que pertenecen a estas dos naciones, conocido como el Paso Fronterizo del Chuy.

DSC02018

Uruguay. La paloma. El mar y sus caprichos. Siempre es hermoso.

Ya con todo el cuerpo, alma y el pasaporte sellado estábamos en el Uruguay, cumplidos todos los requisitos mundanos. Viajábamos a la Paloma. El caprichoso clima nos recibía con una tenue llovizna. Un domingo de esos que te repudren. El plan era comer bien y una siesta reparadora. Para acompañar lo primero, saque del baúl de mi auto un buen vino argentino que había llevado y hasta que no llegue al fondo de la cuestión no lo abandone.

DSC02030

Uruguay. La Paloma. “Cabañas Costa Esmeralda” Casi adentro del mar.

Me acomode en las cabañas “Costa Esmeralda” del amigo Héctor Chaine. Yo pedí una que estuviese bien pero bien frente al mar, si es posible adentro de él, recalque. Este bendito y muy desagradecido nos esperaba con unas ráfagas heladas que hacían temblar toda la estructura. El aire congelado no lo podías parar con nada. Lo único que existe para estos casos es la espiritualidad y si es posible la de Baco. Con el sentado a la diestra de la botella me repetía el clásico. …Al centro y adentro…

DSC01472

Uruguay La Paloma. “La Patinetavelismo” una exquisitez para beberse los vientos..

Llevaba dos días en mi lucha desigual con el viento y el frio y uno de mis amigos ante mi embole climático tuvo la feliz idea de hacerme la siguiente propuesta. Andate hasta el Chuy, allí tenés la frontera de dos países en una. Te vas con la nafta justa y luego del lado brasilero llenas el tanque, la diferencia de dinero es importante y con lo que te ahorras te compras algo que te guste.

DSC02045

Uruguay-Brasil. El Chuy. Desde Brasil mirando los negocios del Uruguay.

Muy entusiasmado con ese plan llegamos muy temprano al lugar. Allí encontraría una frontera dividida por una pequeña rambla. De uno de ellos el Uruguay y enfrente Brasil precisamente y como su nombre lo indica estaba parado en La Avenida Internacional. Cada país gentilmente le cedió su nombre al otro. Del lado de Uruguay la calle se llama Brasil y del lado Brasilero la calle se llama Uruguaí. De ambos lados esta atestada de negocios. Muchos Free Shop. Con mercadería importada sin impuestos a muy buenos precios. Argentinos abstenerse, todo a precio dólar estadounidense.

DSC02048

Uruguay-Brasil. El Chuy. El gran atractivo de la ropa importada.

Hasta hace muy poco las dos avenidas eran ida y vuelta. Ahora las hicieron de una sola mano. El caos para circular siempre fue de admirar. La variedad de vehículos es interesante de analizar, algunos muy antiguos, otros súper modernos, en el medio hay de todo. Llama mucho la atención la cantidad de carros tirados por caballos que circulan. No cumplen una función como en mi país que los usan los clásicos “botelleros” Gente que junta cartón y chapa vieja para revender. En esta mezcla tan poco homogénea aparecen algunos coches de alta gama despampanantes. Enorme cantidad de motos, con sus caños de escapes muy estridentes.

DSC02055

Uruguay-Brasil. El Chuy. El gran magnetismo de los perfumes, la perdición femenina.

Atacamos con mi señora el Free Shop. Ella directo a los perfumes y yo a la gastronomía y la electrónica. Recorrimos la oferta una por una. Es muy bueno hacerlo cuando no hay apuro, solo por divertimento, tocar todo, probar todo, los brazos impregnados de distintos aromas y oliendo a muy rico con la mezcla de ellos. Los Whiskies, las máquinas fotográficas, los chocolates, la ropa. Excelente terapia pero solo funciona muy bien cuando uno puede comprarlos.

DSC02060

Uruguay-Brasil- El Chuy. Las bebidas subyugan a los hombres.

Nos encontramos al final… con las manos vacías. Los precios para los argentinos son imposibles. Pese a todo recorrimos los distintos Free Shop y los negocios que uno al lado del otro se extienden en los dos países por varias cuadras y calles transversales. La gastronomía tiene interesantes variables y buscando por sus calles interiores las alternativas son muy pintorescas y muy buenas. Con entusiasmo y alegría buscábamos novedades por todos lados…alguna pichincha. Mientras nos consolábamos mutuamente. Muy cercano a las 20 horas empezaron a cerrar y decidimos pegar la vuelta. Previa carga del tanque de nafta del lado brasilero. Cumplíamos de esa manera con lo programado Aquí empieza la verdadera historia…

DSC02050

Uruguay-Brasil. Las góndolas llenas desequilibran los presupuestos.

¿Cuánto? Lleno por favor. Fue la pregunta y la respuesta. Me abre la tapa del tanque. Me grito desde afuera. Ya estaba abierto. Repetí la operatoria y espere. Me golpeo con el pico de la manguera y me repitió apenas fastidiado. ¡Me puede abrir! Yo más caliente que él le grité. ¡Ya te abrí! Lo empecé a mirar por el espejo retrovisor lateral. No abre, gritó. Colgó la manguera en el surtidor. Dio la vuelta y me enfrento en la ventanilla del conductor. Con cara de pocos amigos. La fila atrás mío empezó a crecer. No abre ¿qué hacemos? Ya hice todo. ¿Qué puedo hacer? le dije yo. Póngase a un costado y traté de abrirlo. Juro que utilice todos los métodos…Pero nada.

DSC02001

Uruguay-Brasil. El Chuy. los negocios llaman la atención de los Turistas.

Muy abatido fui y lo encare. ¿Tenés alguna solución? Sí. Ir a un cerrajero. Seguí sus instrucciones. Ya estaba cerrado solo una puertita de escape abierta. Me asome. Le conté mi tragedia. No, esto no es para mí, tiene que ir a un electricista. Seguramente el motor dejo de andar. Vaya a ver al “Gallego”. Hacia allí fui. Recién cerro me dijo su vecino. Dónde hay otro mecánico. Calles de tierra muy oscuras. Nos producían un poco de temor. Pero debo confesar que todo fue muy normal y tranquilo. Mientras tanto el mecánico me decía: Imposible, debe ser comandado por la computadora. Pero ahora búsquese un Hotel y empiece mañana.

DSC02235

Uruguay. La Paloma. “Patinetavelismo” Cazando las velas con total baquía. Grande el ingenio Infantil.

El coche cargado y funcionaba apenas con el olor a nafta. La elección era una sola… quedarse. El aroma del café recién hecho me envolvía. Mientras desayunaba apurado rogaba por una solución rápida. Mi coche ya estaba en reserva. El genio de la computadora me dijo antes de saludarme. Tengo turno para dentro de quince días. Pero me dio un alivio…No es la computadora. El tercer mecánico se apiado de mi llanto. Tantas veces practicado lo había optimizado al máximo. Debe esperar dos horas a que termine un trabajo. Me quede en la puerta hasta que me atendió. No quería arriesgar ni el turno ni la poca nafta que me quedaba.

DSC02002

Uruguay-Brasil. El Chuy. Los negocios exponen su mercadería.

Por la puerta trasera tuvimos que sacar todo el equipaje del baúl y reacomodarlo en el interior. No entendía para que había llevado tantas cosas. Y comenzó el desmantelamiento. ¿Puedo desarmar esto? Sí. Tengo que sacar el tapizado. ¿Puedo? Y siii. Mientras tanto yo pensaba ¿sabrá armarlo? La próxima pregunta fue clave. Aquí no está el acceso. Tengo que desarmar dentro del habitáculo. ¿Qué hago? Y desarme ya le dije que sí, conteste un poco histérico. Él y sus dos ayudantes se trasladaron a la puerta trasera comenzaron a hincar sus destornilladores en el tapizado, tiraban de los burletes y me parecía que lo disfrutaban. Mientras yo sufría.

DSC02053

Uruguay. Brasil. El Chuy. La Perfumería. “Causal de Divorcio”

Estaba el mecánico, dos ayudantes y yo con la cabeza metida adentro del auto, agachados. En esa posición vi dos ojotas bastante gastadas por el tiempo, seguí ascendiendo por sus piernas, pantalón tipo bermudas y una remera, ambas muy usadas y con algunos vestigios de grasa. Esta vestimenta portaba la cara de un señor de unos cuantos años y sobre su frente un par de anteojos. Su perfil daba como la de un genio. Loco… Pero genio. Muy irreverente le pregunto al mecánico. ¿Por qué estas desarmando el auto al señor? El señor era yo. Se le trabo la tapa del tanque de nafta. A lo que él le contesto, no sin sonreírse: No desarmes más. Quita el farol trasero y ahí tenés acceso al motor que lo traba. Este era un aparecido…lo afirmo. Me lo mando Dios…Grande Genio.