Por: Daniela Escribano
“Dispongan de mi horario”, dijo una tarde Mirtha como “frase moño” de una temporada en Mar del Plata. Se despedía así del aire después de 40 años al frente de los almuerzos televisados y, lejos de usar la tradicional muletilla de todos los años en la que jugaba con la idea de no volver para siempre volver, elegía dejar en manos del canal la decisión de programar “algo” en su típica franja horaria.
Luego diría “Chiquita” que esa fue una “frase desafortunada” asumida literalmente por los responsables de América, quienes tomaron la decisión de correr “Intrusos” con Jorge Rial a las 13 hs. para no moverlo nunca más.
En este sentido, no sólo que Mirtha no pudo retornar a los mediodías de la señal de Daniel Vila, sino que este tironeo entre el nuevo dueño (Rial) y la “novia abandonada y despechada” (Legrand) se convirtió en uno de los nuevos culebrones de la farándula local, con pases de factura permanentes, cruce de palabras y peleas.
Un período de llanto en el anonimato, con reiterada mención en cada nota que le hacían a este mal paso de haber cedido públicamente su horario, más un año en Telefe con regreso a la actuación en “La dueña” y una vuelta esperada – más que nada por ella- en este 2013, al mediodía, pero no todos los días, no en “mi horario” como ella sigue llamándolo, sino los domingos.
“A Rial no lo corre nadie de su franja”, se escucha decir en los pasillos, y es más que lógico teniendo en cuenta que, según se encarga de citar “El Intruso” cada vez que Mirtha le saca el velo al tema, los números mejoraron considerablemente desde que hubo cambio de planes, le hicieron caso a la abuela de Juanita Viale, hicieron borrón y cuenta nueva y se comenzó a emitir el programa de espectáculos en dicho horario.
No obstante para Mirtha, la herida no cierra, y cada vez que puede, le saca el polvillo a aquella foto marplatense en la que, quizás como una estrategia para mejorar un contrato o sentirse querida y necesitada por un canal, dijo lo que no tenía que decir, tal vez como un cliché de película dramática de los ´50 y en el canal aprovecharon “la volteada” y dispusieron.
Hoy la historia se repite, con otra mujer, Viviana Canosa, quien hace algunos meses tuvo una precipitada y rauda salida de Canal 9, en medio de críticas feroces por el despido de sus tres laderos (Pallares, García y Bremer), primero, y por una licencia obligada que le dio la señal tras una lesión no tan grave que se hizo cuando en un corte corrió a hacer pis con su embarazo avanzado.
Todo raro. Todo enroscado. Todo veloz. Todo sin explicación, en medio de muchas voces que la señalaban y pocas que la defendían. En medio de un campo de batalla con misiles que sólo apuntaban a ella y una hoguera que esperaba con ansias su cabeza, Canosa desapareció para no volver, tener a su hija Martina en la intimidad y escapar de los flashes hasta ahora.
¿Y por qué ´hasta ahora´? Porque ahora se acaba su licencia y, según se ha escuchado, Canosa habría acudido a una de las frases televisivas por excelencia: “dispongan de mi horario”.
Eso significaría no volver a su espacio de las 17 hs y que, en su lugar, siga su camino “Implacables” con Susana Roccasalvo y Carlos Monti.
Ha dicho también que tuvo propuestas de todos los canales, pero que priorizará Canal 9. Se dijo, a su vez, que la señal tendría varias propuestas para ella: o un programa semanal, o un ciclo nocturno o aquello que ella tuviese ganas de hacer.
No obstante, hasta el momento, lo único que se sabe es que de la boca de Canosa salió la gran frase: “Dispongan de mi horario”. Y de acuerdo a la experiencia anterior, cuando se trata de disponer, se dispone y quizás como América hizo caso, Canal 9 también lo haga y Canosa, al igual que Mirtha, se quede afuera de la grilla o en un lugar que no le es tan natural.
Tal vez en la tele lo mejor sea callar antes de lanzar sentencias porque las palabras tienen mucho peso y lo que se dice se marca a fuego y no hay retorno.