Por: Alan Llamal
La Copa de la Liga, anteriormente conocida como “Carling Cup”, data de hace 54 años. El último campeón de la competición fue el Manchester United. Hoy volvían a verse las caras dos grandes de Inglaterra, el Chelsea y el Liverpool, a fin de determinar quien sería el primer finalista de la Copa de la Liga, tras igualar en la ida 1-1 en Anfield Road (en la otra llave aguardan el Tottenham y el Sheffield, que juegan mañana). Lo llamativo de este partido, es que el gol de visitante solo entraba en juego en caso de que vayan a la prórroga: en caso de igualar 0-0, el partido va al alargue, pero si el resultado se mantiene en 0-0, el Chelsea clasificaría a la final; el 1-1 los llevaría a los penales, mientras que el 2-2 o más goles, lo clasificaba al Liverpool.
Comenzó el partido y en los primeros cinco minutos, el equipo de Mourinho ya había establecido sus intenciones: presión alta en 3/4 de cancha del Liverpool. Sin embargo, se encontró con que su rival llegó con la misma intención, presionar arriba y ahogar las salidas de Matic y Fábregas. Esta presión mixta mutó en un partido de ida y vuelta en solo 5 minutos, aunque sin remates nítidos al arco, con intentos de Willian para el Chelsea y Sterling para el Liverpool.
Así transcurrieron los primeros 15 minutos, sin que se note la localía del Chelsea, ya que el conjunto “Red” no se achicó ante la presión y atacaba por todos los sectores, aunque quedando bastante expuesto dada su línea de 3 en el fondo (extraña formación 3-6-1 que presentaba Rodgers).
Los argumentos del Liverpool en ataque, era llegar al arco custodiado por Courtois a través de los cambios de frente rápido, haciendo eje en Lucas y Gerrard. Pero se encontraba rápidamente con las presiones de Luis, que se desprendía del lateral para acercarse a Matic y generar un tapón en mitad de cancha. Willian y Oscar también bajaban hasta mitad del campo para generar más opciones de pase a las salidas de Matic y Fábregas.
Mientras tanto un duelo aparte se sucedía entre los jugadores del Liverpool y Diego Costa: a los 22 minutos hubo un claro penal de Skrtel contra Diego Costa, pero el árbitro decidió no cobrar. Ya desde el inicio del partido, los jugadores “Reds” comenzaron a marcar un poco “fuerte” al hispano-brasileño, que además aprovechaba esta situación para exagerar las caídas, buscando así una eventual amonestación para los jugadores del Liverpool.
A los 23 minutos, llegó un centro de Hazard al punto penal que casi conecta de volea Diego Costa, pero no calculó bien el tiempo y la pelota siguió su transcurso, hasta perderse por el lateral derecho. Así comenzó a inclinarse lentamente la cancha en favor del Chelsea, que se adueñó de la pelota y cuando no, la recuperaba rápidamente en mitad de cancha, adelantando a Zouma y Terry hasta 3/4, obligando al Liverpool a enviar pelotazos a Sterling, con la esperanza de que se filtre entre los centrales “Blues”.
A los 26 llegó la jugada más clara, un pase exquisito de Gerrard para habilitar al lateral izquierdo español Moreno, que la acomodó y definió de zurda, pero se encontró con el manotazo del belga Courtois y envió la pelota al córner. El Liverpool volvería a llegar a través de Coutinho, que quedó solo frente al arco y quiso definir a contrapierna del arquero del Chelsea, aunque éste reaccionó a tiempo y llegó a atajar la pelota con el pie. De esta forma y tras estas llegadas, la balanza volvía a inclinarse en un partido neutro, con llegadas por ambos lados.
Todas las premisas del Chelsea pasaban por los pies del “Duque” Hazard por el sector izquierdo, mientras que Willian, quien se encontraba en el sector derecho, pasaba prácticamente desapercibido. A los 37 minutos llegó un tiro libre de Oscar que, endeble y todo, pasó cerca del arco de Mignolet. Treinta segundos después la pelota volvió a quedarle a Oscar en un nuevo ataque “blue”, pero la definición del brasileño pasó por afuera del palo que custodiaba el arquero “red”.
Así se fue el primer tiempo, con un 0-0 entretenido.
El inicio del segundo tiempo traería malas noticias para el Chelsea: Terry terminó lesionando a Fábregas al intentar marcar entre dos a Gerrard. El español debió ser reemplazado a los 4 minutos del segundo tiempo, y en su lugar entraría Ramires, dejando así 4 brasileños en cancha (5 si contamos a Costa).
Los primeros minutos fueron del Chelsea, a tal punto que los 11 jugadores del Liverpool estaban en su propio campo. A los siete minutos el partido se caldeó, ya que Sakho salió mal desde el fondo y le regaló la pelota a Costa quien rápidamente asistió a Oscar, obligando a Lucas a cometer una fuerte falta sobre el enganche brasileño. Tras la falta, comenzó la discusión nuevamente entre Skrtel y Costa, ya que a metros de la jugada, Costa pisaría a Skrtel y éste le devolvería la gentileza con una patada. El árbitro tuvo que reunir a los jugadores en cuestión y pedirles calma. Los hinchas del Chelsea, para variar, cantaban “Diego, Diego” mostrando su total apoyo para el actual goleador de la Premier League. El tiro libre sería mal ejecutado por Filipe Luis y rebotaría en la barrera.
A los 56′ Rodgers haría su primera modificación, ingresaba el histórico lateral de la selección inglesa, Glen Jonhson, en lugar de Sakho, cambio puramente técnico, ya que era defensor por defensor.
A los 58 minutos, el Duque Hazard hizo una jugada excepcional: arrancó desde mitad de cancha, esquivó a cuatro jugadores y desde afuera del área sacó un remate fortísimo que se iría rozando el palo de Mignolet, quien volaba para hacer aun más espectacular la jugada. Así y con puras individualidades Hazard se convertía, al menos por ahora, en la figura del partido. Dos minutos después llegaría un remate mordido desde la puerta del área de Diego Costa, que se desvió en Skrtel y descolocó al arquero, quien desde el piso lograría salvar con la punta del pie. Segundos después, Gerrard remataría al arco pero Courtois controlaría sin dar rebote.
Nuevamente a los 64 minutos, el Chelsea tendría dos jugadas netas de gol: un mano a mano de Costa que intentó eludir a Mignolet y el arquero logró controlar y, segundos después, un remate dócil a colocar de Oscar que nuevamente el arquero controlaría. Hasta el momento, Mignolet peleaba mano a mano por ser la figura del partido junto con Hazard.
Mourinho comenzó a enojarse con el árbitro porque Henderson cortaría una pelota con la mano y el árbitro, si bien cobró la falta, no le mostró la segunda tarjeta al jugador del Liverpool, lo que hubiera significado su expulsión.
A los 67 minutos, el Chelsea seguiría insistiendo y casi siempre desde lejos, un remate de Ramires que se iría afuera por un metro. Y tras esta jugada, llegaría el momento “bizarro” del partido, el ingreso de Balotelli, jugador que ya es resistido por todos los hinchas del Liverpool (solo marcó 2 goles en 20 partidos). En su lugar saldría el serbio Markovic.
Transcurrían los minutos y el Liverpool no encontraba argumentos para llegar con claridad al arco del Chelsea, comenzando a retroceder cada vez más sobre su campo. Terry sería amonestado (casi expulsado) por una fortísima falta sobre Sterling desde atrás a los 75 minutos. La alineación de 3-6-1 que había planteado Rodgers durante el primer tiempo, había mutado en un 5-4-1, pasando Sterling a los costados y quedando Balotelli como delantero neto.
Otro dolor de cabeza para Mourinho, otro lesionado: Filipe Luis saldría rengueando, y en su lugar ingresaría el español Azpilicueta. Una seguidilla de partidos que comenzaba a pasarle factura a los jugadores blues.
El partido continuó desarrollándose con meras intenciones, pero todas se diluían en la puerta del área, después de algún corte defensivo o una mala decisión de los atacantes en cuestión. Sin embargo la posesión se inclinó mayormente por el local, que intentaba siempre por el sector izquierdo, con triangulaciones entre Hazard, Azpilicueta y Ramires. El Liverpool comenzaba a refugiarse, aún sabiendo que un 0-0 los obligaba a marcar al menos un gol en la prórroga.
Como para romper estructuras, Hazard intentó un remate desde mitad de cancha, al ver a Mignolet adelantado. Sin embargo el remate fue débil y el portero del Liverpool controló sin mayores problemas. El Liverpool pudo ganarlo en el final, tras un remate de Sterling que, si bien estaba perfectamente posicionado, terminó elevando el remate muy por arriba del arco. Lo mismo sucedió en el arco de enfrente, cuando Matic apiló jugadores por la línea del córner pero envió un centro hacia donde no esperaba nadie.
Así terminaron los primeros 90 minutos, con una posesión del 54% para el Chelsea y 46% para el Liverpool, mientras que hubo 15 remates al arco “azules” y 11 “rojos”. La diferencia entre uno y otro radicaba en dónde generaban la posesión del balón, mientras que el Chelsea presionaba y mantenía la pelota en campo rival, el Liverpool lo hacía en su propio campo, buscando abrir algún espacio.
A ambos equipos les quedaba un cambio; en el Chelsea habían ingresado Ramires y Azpilicueta en lugar de Fábregas y Luis, mientras que en el Liverpool lo hicieron Jonhson y Balotelli, en lugar de Sakho y Markovic respectivamente. En el banco de Mourinho, aguardaban por ingresar Cech, Aké, Cahill, Remy y Drogba, mientras que por el lado de Rodgers lo hacían Ward, Lovren, Lallana, Allen y Lambert.
Recordamos que, de mantenerse el 0-0 en el alargue, clasificaría automáticamente el Chelsea por el gol de visitante marcado en la ida (1-1).
Iniciada la prórroga, no tardaría mucho en llegar el primer gol del partido: tiro libre de Willian que caería al centro del área e Ivanovic, aparecería solo y sin marca para cabecear y fusilar a Mignolet, que nada podría hacer, para así marcar el 1-o para el Chelsea.
A los 99, Henderson cabeceó al arco tras un centro venenoso de Sterling y con Courtois casi vencido, pero la pelota se terminó yendo lejos de los tres palos.
El partido volvería a calentarse y otra vez con Costa como protagonista: casi termina a los golpes de puño contra el capitán histórico del Liverpool, Steven Gerrard. El árbitro decidió amonestar a ambos jugadores.
Así se fue el primer tiempo del alargue, con el Chelsea superando por 1-0 al Liverpool y clasificando a la final de la Copa de la Liga, dejando afuera nada más y nada menos al máximo campeón de dicha competición (Liverpool se consagró en 8 oportunidades).
La desesperación del Liverpool se reflejó en la formación: ingresó Lambert por Moreno y quedó puesto un 3-3-1-3, dejando así mermas en la defensa. El Chelsea no se conformó con el 1-0 a favor, siguió insistiendo con una marcada parsimonia intentando estirar el marcador, jugando además con la desesperación del Liverpool. Sin embargo no hubo más argumentos de ataque por ningún lado, las piernas de los jugadores ya no eran las mismas tras más de 120 minutos de juego, y el partido fue cayendo en el ostracismo puro, hasta que el árbitro decidió finalizarlo.
El Chelsea aguarda por el ganador de Tottenham y Sheffield (la ida la ganó el equipo de Pochettino 1-0), y buscará conseguir así su quinto título en esta competición. Mientras tanto sigue como único líder de la Premier League con 5 puntos de ventaja sobre el Manchester City, y aguarda por el PSG en los octavos de final de la Champions League.
Mientras tanto, Mourinho buscará ganar su séptimo título con el Chelsea, y el número 21 en su cuenta personal (6 con el Porto, 6 con el Chelsea, 5 con el Inter y 3 con el Real Madrid).
¿Levantará la triple corona el Chelsea?