Por: Carlos Messuti
Ya le tocó a Mario, ahora es el turno de Sonic, el aceleradísimo erizo azúl (¿¡azúl!?) de zapatillas rojas (¿¡zapatillas!?) cuya principal meta en la vida es frustrar los planes del Dr. Robotnik… aahh, y rescatar a un montón de animalitos que a nadie nunca le importaron ni le importarán.
Los invito en esta ocasión a descubrir los secretos ocultos tras el personaje, aquellos que se espera pasen desapercibidos entre los destellos y luces de colores que inundan la pantalla.
En primer lugar vamos a encargarnos del personaje principal. ¿Cómo obtuvo Sonic su sorprendente velocidad, que lo hace destacarse de entre el resto de los animalitos del bosque? La respuesta es más que obvia: Metanfetaminas. Es por eso que tenemos que juntar anillos (la moneda del lugar) para mantenernos con vida. Nos guste o no, Sonic es un adicto que necesita comprar su dosis para seguir adelante. El mayor problema es que este hábito tiene un impacto degenerativo en el erizo que, si se fijan en los títulos más recientes, lo ha dejado mucho más flaco e incluso con un color diferente de ojos.
Segundo: Tails, el zorro o zorra (sin ánimos de ofender) que acompaña al héroe en casi todas sus aventuras no es más que un engaño consensuado, una trampa para sacarnos a nuestros hermanos pequeños o a ese amigo molesto de encima, dándoles un control y haciéndoles creer que sus acciones tienen algún tipo de peso en lo que ocurre en el juego. La verdad es que si Sonic muere, pierden los dos, por lo tanto es el propio titulo quien nos está diciendo que Tails no sirve más que de acompañante.
Siguiente: El plan maestro de Robotnik o Eggman consiste en secuestrar a un montón de tiernos animalitos del bosque para meterlos dentro de su igualmente tierno ejército de robots… (se escuchan grillos) ¡Tiembla Bin Laden en su tumba! ¡Qué idea más espeluznante! ¿Qué pasó con eso de conquistar el mundo? De cualquier forma, no podemos culparlo. Seguramente estará cansado de que los pájaros le defequen el patio y los roedores revuelvan su basura.
Por último, comprendemos que, con las diferencias de tamaño e intelecto con el resto de los habitantes del bosque, hayan aparecido otros personajes antropomórficos con los que Sonic si puede interactuar. El problema es que estos son todos iguales… y totalmente carentes de gracia (estoy mirando hacia vos, gato violeta con caña de pescar), la pregunta por lo tanto es ¿Acaso salen de una fábrica de clones? ¿Se tratará quizás de un nuevo plan siniestro para matarnos a todos del embole?
Sin más que decir, me retiro, no sin antes invitarlos a dejar su opinión sobre los temas expuestos o incluso a redactar algún mensaje de aliento que impulse a Sonic a internarse en una granjita y desintoxicarse. Con suerte, algún día lo veremos recuperado, vendiendo galletitas caseras en el colectivo.