Por: Miriam Molero
Línea Maginot es servicio. Por eso te proponemos los diez libros para leer en el verano. Aunque, por supuesto, la lista no respetará ese número. Ni respetará estrictamente cierta tradición de citar novedades. No respetaremos casi nada, excepto al lector. Por eso esta lista de diez tendrá sus estantes, sus grupos, sus variantes. Porque no a todo el mundo le gusta lo mismo ni disfruta de lo mismo y, sin embargo, lee. Y los gustos hay que respetarlos.
Breve anécdota. El otro día, una conocida me pide que le recomiende libros (voy a tener que poner un servicio pago de recomendaciones literarias). Le hago la clásica pregunta: ¿Qué te gusta leer? Me nombra a David Safier, a Isabel Allende y creo que a Paul Auster. Le digo: “Todos escritores que no soporto”. Ella se ríe y yo me quedo pensando un momento. Entonces agrego: “Anotá, te digo los nombres de autores que no soporto. Seguro que a vos te van a gustar”.
Así es la lectura.
Por eso uso tanto esa frase de los ingleses: “Not my cup of tea”. No es que sea malo, no es mi taza de té. Aunque también hay libros malos, como hay autos malos, casas malas, ropa mala.
Dos advertencias. La primera, soy un ser humano así que incluyo los libros que leí. Tengo mucho bueno pendiente. La segunda, estos son libros que más que soportar, me encantaron.
1) Para el lector mainstream y no tanto
“La verdad sobre el caso Harry Quebert”, de Joël Dicker (Alfaguara, 2013). Un historia de misterio donde se tira de una pelusita y sale un elefante. Para más detalles ver post. http://blogs.infobae.com/linea-maginot/2013/08/15/quien-mato-a-nola-kellergan/
2) Para el lector con aspiraciones literarias
“Historia del dinero” (Anagrama, 2013) es la tercera parte de la trilogía que comenzó con “Historia del llanto” (excelente) y siguió con “Historia del pelo” (no tanto). Es cierto que Alan Pauls es incapaz de comprar una bicicleta por Mercado Libre pero que escribe bien, escribe bien. “Historia del dinero” es, por supuesto, a MI modo de ver, su mejor libro.
3) Para fans de Stephen King y para no fans de Stephen King
“Dr. Sueño” (Plaza & Janes, 2013) es la novela perfecta de un storyteller. Sin fisuras, con intriga, con suspenso, con esa cosa tan stephenkingniana de convertir en siniestros a los elementos más inocentes de la vida cotidiana. Un plus: para cuando lo leas y te preguntes cómo es que SK sabe tanto de Alcóholicos Anónimos y cómo es que esa secuencia narrativa tiene tanta potencia, tanta densidad, tenés que saber que no fue una investigación para el libro. Sabe porque él es alcóholico.
4) Para los que saben elegir en una caja de bombones, el bombón más rico
“Tres veces al amanecer”, de Alessandro Baricco (Anagrama, 2013). Es como un chocolate que se derrite en tu boca. Se trata de un spin-off de “Mr. Gwyn”. Si querés saber de dónde viene, empezás por “Mr. Gwyn” (Anagrama, 2013). Si querés leerlo como una obra aparte, lo lees sin preámbulos. Más detalles acá: http://blogs.infobae.com/linea-maginot/2013/11/08/el-hombre-que-era-un-vestibulo-de-hotel/
5) Para comprarle a tus pibes adolescentes y leerlos vos
¿Tenés la misión de hacer que tu hijo adolescente (o pre) lea y para eso le comprás libros? Mi sugerencia: comprale libros que, cuando los deje sin hojear siquiera, los puedas disfrutar vos como si tuvieras 12 años. “Cómo cocinar un plato volador”, de Sergio Olguín (GrupoNorma, 2011) sobre el primer amor y padres e hijos y un plato volador, claro. “Bolonqui”, de Leo Oyola (GrupoNorma, 2010), el pánico por el cometa Halley como nunca viste. “Los monos fantasma”, un policial con científico loco incluído, de Victoria Bayona (Galerna, 2013).
5) Para comprártelo para vos y que lo lea tu hijo adolescente
Todavía lo estoy leyendo. Lo comencé anoche. Pero ya sé todo sobre “Bajar es lo peor“, de Mariana Enríquez (reeditado, Galerna, 2013). En la reedición que este año hizo Galerna se incluye un prólogo de Mariana donde explica cómo fue que escribió esta historia a los 21 años, qué quiso hacer, qué le salió y con qué se encontró después. Alguien le dijo que la novela tiene imperfecciones de escritura pero qué fuerza, qué fuerza… Coincido.
6) Leete un clásico. #MierdaCarajo. No sólo no muerde sino que seguro es mejor que lo nuevo
“Guerra y Paz”, de Tolstoi. Si tenés algún ejemplar en tu biblioteca, en esa biblioteca que heredaste de tu abuelo… lo tirás o lo dejás de adorno. Tenés que conseguir la traducción de Lydia Kúper que respeta el texto de Tolstoi. Te voy a mostrar alguito para que veas la maldad con la que escribía Lev. Por lo demás, leí “Guerra y Paz” a los 14 años y fue la mejor miniserie: intrigas, amor, poder, batallas, muerte… Desaparecí del mundo por esos días.
-¿Por qué la fortuna le ha concedido dos hijos (no cuento al menor, Anatole, que no me gusta)— añadió con voz tajante, arqueando las cejas, —dos hijos tan excelentes? Sinceramente, usted los aprecia menos que nosotros, porque no se los merece.
Y volvió a sonreír con su sonrisa entusiasta.
—Que voulez-vous? Lafater aurait dit que je n’ai pas la bosse de la paternité— dijo el príncipe. (Lafater habría dicho que no tengo la joroba de la paternidad; Lafater era un médico famoso en esos tiempos)
—Déjese de bromas. Quiero hablar con usted seriamente. ¿Sabe que estoy descontenta de su hijo menor? Y entre nosotros le diré— a su rostro volvió la expresión de tristeza —que han hablado de él a Su Majestad y lo han compadecido…
No respondió el príncipe, pero la dama lo observaba en silencio, interrogativamente, en espera de una respuesta. El príncipe Vasili arrugó el ceño.
—¿Qué quiere que haga?— dijo por fin. —Sabe que hice por su educación cuanto puede hacer un padre, y los dos han salido imbéciles.
7) El libro que quise meter en el freezer
De “Ladrilleros”, de Selva Almada (Mardulce, 2013), ya hablé acá. ¡No me hagan repetir las cosas!
http://blogs.infobae.com/linea-maginot/2013/06/18/un-libro-para-el-freezer/
8) Un libro poético para quienes, como yo, no leen poesía
Cuando Gabriela Massuh me dio “Yo, el más inteligente de Facebook”, de Aboud Saeed (Mardulce, 2013), en mi interior pensé: “¿Y esto?”. Encuentro en general bastante idiotas los libros hechos en base a contenidos de redes sociales porque, aunque las redes sociales conviertan a cada uno de los usuarios en el centro del mundo, la verdad es que la mayor parte de nosotros no sobrepasa el umbral de la mediocridad. Somos del medio, del montón, aunque diez amigos te pongan “Me gusta” o te metan un “Fav”. Este Aboud Saeed no es del montón. En “Yo…” nos hallamos frente a una cuidadosa selección de sus posts en Facebook (tan cuidadosa la intuyo que jamás me atrevería a leer al Aboud Saeed online para no desilusionarme) y sobre el final, un texto de Massuh con los pormenores suficientes para entender la realidad Siria, porque es desde allí que Aboud escribe, desde la primavera árabe, desde el dictador, la revolución, el islamismo, la guerra, las bombas… todo eso que los argentinos desconocemos tremendamente. Encontré poesía en Aboud Saeed. Porque la poesía es así, aparece cuando nadie la nombra y desaparece cuando llegan los poetas.
9) Dos novelas negrísimas escritas con categoría. Ca-te-go-rí-a
“Tokio Año Cero”, de David Peace (Mondadori, 2013; próximamente el sello se llamará Literatura Random House). A David Peace lo sigo desde su estremecedora trilogía “Red Riding” (“1974″, “1977″, “1983″, todos disponibles en e-book, no sé si en papel). Peace es ese tipo de autor que es mandatorio leer en su idioma original porque tiene tanto estilo que el traductor le falla (un caso dramático es el de su colega y compatriota Jake Arnott, cuyas traducciones son espantosas). No es el caso de “Tokio Año Cero” que se puede leer perfectamente en la edición en español. Más sobre David Peace acá http://blogs.infobae.com/linea-maginot/2013/11/17/en-la-mente-de-un-detective-neurotico/. El segundo libro del rubro “Policiales escritos con categoría” es “Vicio propio”, de Thomas Pynchon (Tusquets, 2009). Si sos lector de Pynchon, nada que agregar. Si intentaste leer a Pynchon y te agobiaron la cantidad de personajes, de subtramas, de vericuetos y de páginas (caso “Contraluz”, por ejemplo), acercátele sin miedo porque “Vicio propio” es una suerte de Pynchon domesticado, no menos cruel o inteligente sino más amable.
10) Porque es el libro que hizo que quisiera comenzar este blog
“Un comunista en calzoncillos”, de Claudia Piñeiro (Alfaguara, 2013). Una niña, un padre, un barrio, una escuela, un país. Como dije en el post, Claudia hace de lo ordinario algo extraordinario. Así debutó Línea Maginot http://blogs.infobae.com/linea-maginot/2013/05/14/una-periodista-en-apuros/
¡Felices vacaciones!