A Racing le duele la historia

#ParemosLaPelota

El de la melena rubia teñida que tiene el buzo de DT es el mismo que en el 2001, cuando la Argentina se desgranaba con De la Rúa en el poder, le hizo conocer a Racing la verdadera felicidad. Ese hombre que se convirtió en estatua porque el clamor popular lo solicitó, hoy encuentra en la gente el único respaldo concreto de su tercera etapa como capitán del barco.

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Los dirigentes se reunieron y ya dieron su veredicto. No quieren que “Mostaza” Merlo siga al frente del equipo. Una seguidilla de siete partidos sin conocer el triunfo, un plantel sin respuestas y el agobio de un promedio que aprieta, convirtieron a la vida de Racing en un nuevo infierno. Uno más de los que le ha tocado vivir en las últimas décadas y, especialmente, en los últimos meses.

A la “Academia” le duele el pasado. Lo que quedó en el camino pero generó un daño irremediable. Le duele el escándalo de la comisión directiva con Cogorno y Molina a la cabeza. Le duele la salida abrupta de Zubeldía después de que se había decidido la renovación de su contrato. Le duele un plantel que hace tiempo que juega junto pero que no genera triunfos. Le duele “Mostaza” porque su historia en el club solo lo ayuda a sostenerse pero no a avanzar.

Racing sufre porque sus referentes solo pueden explicar en los micrófonos lo que no logran hacer en la cancha. Saja sostiene su voz de mando desde el fondo pero se da cuenta que con eso no alcanza. Ortiz se quedó afuera a mitad de camino por lesión, Pelletieri se quedó afuera del equipo y Camoranessi es una sombra de aquel que supo levantar la Copa del Mundo con Italia.

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Al equipo de Merlo le duele el último puesto que dejó en la historia las posibilidades de ser candidato al título. Le duele la imposibilidad de poder meter un gol en un juego donde el que mete más la pelota adentro del arco es el que se lleva los tres puntos. Los jugadores están lastimados por el pasado y por el presente. Están exponiendo sus pergaminos y sus ambiciones en una ruleta en la que nunca logran pegar un número.

Racing logró ganar solo 4 puntos de los 20 que se jugaron. El triunfo ante Colón en el inicio del campeonato fue una ilusión que nunca debió alterar las ambiciones de los hinchas. También lo fue el desempeño en las noches de verano donde el equipo de “Mostaza” prometía una forma de juego que nunca pudo cumplir.

El pasado le pesa a este conjunto de jugadores que nunca encontró la regularidad en el juego y que Merlo no eligió. Un equipo al que le cuesta entender la palabra asociación pero en el que el técnico no logra incidir lo suficiente para crearle una identidad. El mítico entrenador de Racing hoy está en la cuerda floja. Una derotta puede terminar con sus ilusiones. Aunque su estatua quede para siempre, el presente no se soluciona con el pasado.