¿Qué hay de nuevo en la televisión?

#PrimerosPlanos

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No voy a hablar de números. Voy a hablar de los contenidos que hoy ofrece la televisión. Más allá del rating que puedan tener los programas, para poder usar la palabra “éxito” cualquier ciclo tiene que, además de conseguir el apoyo de la audiencia, ofrecer al público profesionalismo técnico, nivel actoral (en el caso de las ficciones), producción, creatividad, entretenimiento innovador, entre otros aspectos.

En los últimos años, el encendido de la pantalla chica bajó rotundamente. Si bien hay programas que logran buenas mediciones, hoy los números no son los de antes. De todos modos, ya sean programas con gran nivel de audiencia, con un nivel medio o bajo, lamentablemente no es eso lo que más llamativo, lo más llamativo de la toda la tv es la falta de ideas.

Falta de presupuesto, poco profesionalismo, tendencia al facilismo, varias son las razones. Lo cierto es que la pantalla está carente. La alarma la encendió Avenida Brasil. Una ficción extranjera que genera millones pero que deja en evidencia que, claramente, estamos en decandencia; en decadencia por falta de ideas.

Hay que decirlo, en los últimos diez años (más bien desde que dejamos los años 90 atrás) la televisión se fue transformando. El presupuesto de los canales bajó y las principales figuras dejaron en el pasado los tiempos de gloria. Solo adaptándose y probando formatos (Marcelo Tinelli es el ejemplo más notorio de eso) las estrellas consiguieron mantenerse en vigencia.

Y ahí yace una de las claves del bajón actual. La falta de estelaridad, de la efectividad del “star system” local, la ausencia de referentes en la tv que generen contenido 360 (comercialmente hablando) es lo que causa la falta de interés en el espectador que se refleja en el encendido. La gente está pero, a mi humilde entender, no se engancha con más de lo mismo.

Susana, Marcelo, Mirtha siguen siendo los pilares del espectáculo pero sus años de máximo esplendor ha pasado. Años que los todos recordamos con nostalgia. Deberán conocer, si hacen un poco de memoria, que cada uno de ellos en sus ciclos insignias nos han brindado momentos históricos de la televisión, escenas imborrables y que causaban sensación en la audiencia (los concursos por el millón, las bromas entre Tinelli y Susana, los invitados internacionales, las mesas de lujo de Mirtha).

No digo que ellos estén en decadencia. No me malentiendan. Son y seguirán siendo las estrellas indiscutidas de la farándula y el mundo del espectáculo. Incluso siguen cautivando al mismo público. Lo que estoy diciendo es que ya no es lo mismo que antes. El contexto no es el mismo. Las facilidades tampoco. Los presupuestos han cambiado y, por ende, los contenidos se ajustan a los números que hoy se manejan (que no son despreciables tampoco).

Ya no hay viajes internacionales, coberturas por el mundo, ni mucho menos entrevistas con actores de Hollywood o cantantes de primer nivel. Ahora hay invitados de medio pelo. Periodistas devenidos en mediáticos, en figuras del momento. Personajes inventados, inflados por el show del vivo. “Donadies” que alcanzan sus 15 minutos de fama por ser funcionales a la producción de entretenimiento a bajo costo.

Esa es la realidad de la televisión actual. No me quejo, tan solo la estoy describiendo. Lo que sí señalo es que, si solo eso es lo que hay, entonces será cuestión de pensar, de usar la creatividad, de dedicar el tiempo a innovar, crear cosas nuevas, romper el molde. Eso es lo que está faltando. Dejar de pensar en dimensiones cubicas.

Que en las ficciones se propongan historias nuevas, que rompan con los prejuicios, que sea trasgresoras, que toquen temas polémicos (polémicos acordes a los tiempos que corren). Que los periodistas busquen otras formas de tratar las noticias. Que no sea todo lo mismo. Que los conductores jueguen más con el espacio escénico. Que el día a día no los lleve a una rutina aburridísima. Eso es lo que falta. Falta que, más allá del rating, piensen en empezar una nueva etapa en la televisión. Y eso se hace con ideas nuevas. ¿Lleva trabajo? Sí ¿Lleva tiempo? Sí, pero seguramente estaremos ante una pantalla con más producción y el entretenimiento atrapante que solía tener.

Jorge Rial, Santiago del Moro, Alejandro Fantino, Mariano Iúdica, Mariana Fabbiani, Viviana Canosa, Ángel de Brito, por nombrar algunos, serán los conductores que se posicionan como los próximos protagonistas máximos de la televisión (aunque no necesariamente todos se proyecten como tales, algunos tomarán ventaja). Televisión que – espero -, tras este denso periodo de transición, pueda recuperar el ritmo que el imbatible Telefe de Gustavo Yankelevich – por citar un ejemplo - sabía brindar.