La Vigilia del 27/07 ya es inexorable, como las mareas.
Francisco ya está en Brasil y desde el primer momento paseo por las calles de Río el coraje de su humildad y su fe. No encuentro otra palabra para describir su ministerio más que coraje. Porque Francisco pareciera que predica con su cuerpo, que actúa y trabaja en consonancia permanente con lo que profesa.
“Ora et labora” y todo con las ventanas abiertas.
Desde sus paseos nocturnos por las villas de Buenos Aires, sus denuncias permanentes contra la explotación, hasta la marcha risueña por Río para escándalo de su custodia.
“Ora et labora”. Puede ser el axioma que define a la fe como una acción respaldada en la esperanza. Casi diríamos que es un postulado político, si sabemos ver que en la política se expresan los actos concretos que reconocen a la convicción como su mandante. Actos físicos anclados en razones espirituales. Así predica Francisco.
Hoy el Papa visita el santuario de la Santísima Virgen Nuestra Señora de Concepción Aparecida y lo hará como un itinerario personalmente solicitado.
Uno, de puro irreverente que es, se anima a interpretar esta peregrinación como un gesto de reconocimiento a lo que puede verse como el punto de partida de su elección como Obispo de Roma. Es, de alguna manera, el cierre del trayecto de su “labora”.
Muchos han orado por su elección. Muchos han obrado para que esto suceda. Quizá por eso hoy nada parece casual y todo se encuadra en un enorme gesto universal que señala un camino humano: los valores anhelados desde la fe y practicados desde la prédica.
El camino está abierto. Ya hay peregrinos que nos facilitan sendas y adelantados que conmueven en su andar con la alegría de recorrer un sendero duro pero cierto.
Entiendo que Francisco es uno de esos peregrinos. Y está ahí, esperándonos para que demos el primer paso.
El próximo sábado 27/07, durante la Vigilia frente a la Catedral Metropolitana, será el momento de dar ese paso.
No individual. No el paso por el camino personal de la fe o la convicción. No la respuesta propia en el día a día a los valores que uno profesa. Eso está descontado.
Ese paso debe ser masivo, en común, como sociedad que empieza a entender que la única salida para un proyecto de Nación es que nos comportemos como Nación, con el orgullo de saber que fuimos capaces de darle al mundo el hombre más poderoso y el más humilde.
Ese paso adelante tiene que ser dado por todos. Por los que tienen y por los que necesitan. Por los que anhelan y por los que suplican. Por los que creen y por los que no. Por los que obran y por los que oran. Es un paso adelante en familia.
Francisco sabe que vamos a estar acá como él está allí, con el cuerpo en presencia activa, con las ventanas abiertas.
El sábado 27/07 durante la Vigilia de S.S. Francisco en Brasil, la fe tiene una cita con el compromiso de ser una Nación.
En Plaza de Mayo, claro.
Frente a su catedral, por supuesto.
Con todo su pueblo.