Ejércitos nocturnos

#SoySolo

Son las 2 AM y estoy escribiendo este texto para confesar un delito. Soy un soldado raso de los ejércitos nocturnos, un grupo compuesto por seres solitarios por voluntad propia o ajena que deambulan por las noches sin rumbo fijo, divirtiendo a esas personas que están allí afuera, en la calle, en el boliche, en la casa de sus amigos, pero que chequean constantemente en sus celulares nuestras aventuras, nuestros avances, nuestros retrocesos, porque somos más divertidos que sus acompañantes, porque estamos donde ya sabemos que no queremos estar, porque mediatizan sus experiencias y le temen al cara a cara, porque es más cómoda la distancia, más segura la soledad que animarse a amar a un eterno desconocido.

Son las 3 AM y quemo las horas de insomnio mirando películas, masticando libros, contando ovejas, resolviendo acertijos que no cierran nuestros ojos, ni bocas, ni cerebros. Que no aquietan nuestros dedos, que no ahogan las cenizas de nuestros corazones, que no azotan nuestros pensamientos más retorcidos. Somos nosotros los que vemos tus luces conectadas de entrar y salir, que leemos tus tweets con doble sentido, llenos de celos, de dolor, de angustia, de tristeza, de rencor. Esos que borrás al día siguiente desesperadamente, cuando te das cuenta que hablaste de más. Nosotros te conocemos con el alma desnuda, con el vaso rebalsado, con la honestidad en carne viva.

Son las 4 AM y escribo con la luna llena, con la garganta hecha un nudo, con la sonrisa a media asta, con el corazón cansado. Y vengo con el arma cargada de palabras a cometer el delito de invitarte al encuentro, de querer arrancarte de tu soledad compartida, de ofrecerte el remate, el click, el fuck, el zoom, el in, el out, el TOC, el up, el down que no te haga querer estar en otro lado del que en realidad estás. Aprieto el gatillo y me quedo en off-side, desnudo mis intenciones, me entrego vulnerable a tus rechazos, me desacato en el festín acartonado de suspicacias que no entendés, de berrinches de empatía falsa que quiere hacerte sentir parte de una misma bola humana que rueda y de la que vos querés escapar.

Son las 5 AM y nos dejamos de hablar porque violé el límite de mi entrega, de tu vulgar voyeurismo digital, de tu risotada sorda y la pretensión de mis ojos ciegos que parecen tener prohibido querer quererte. Y te enojás porque busqué traspasar, subvertir, transgredir la barrera de tu mundo interior que es el mundo que le querés regalar a quien no le interesa. Y nos apagás, nos bloqueas y te burlás de nosotros porque somos feos, apurados, transparentes, obtusos, extraños, viejos, raros, por tus prejuicios hostiles, prehistóricos y oxidados, tu “no” implacable, tu serena estaticidad y porque no ocultamos el dolor que nos hace humanos riéndonos de las tragedias cotidianas que vos te encargás de ocultar.

Son casi las 6 AM y escribo sin filtro, sin corrección, porque soy parte del ejército nocturno que satura, colapsa y se golpea la cabeza con la almohada buscando el sueño, las respuestas, los silencios, el delirio, la torpeza, tu sonrisa, las caricias, el calor, tus besos, la lujuria, tu deseo, el pecado de querer hacerte feliz sin pedirte nada a cambio. Y con tu entereza falsa, con tu marca soez, con tu displicencia dañina, les mostrás a tus amigos el aquelarre de confesiones que te hacen sentir menos vulgar, más igual, menos bola humana-masa-amorfa-incolora-insípida-inodora y te quejás porque no querés ser eso que ya sos.

Son las 7 AM y el sol me quema el cerebro y vos volvés con retorcijones de frío, con la ropa transpirada, con los zapatos vomitados, con el cuello marcado de chupones que te dieron sanguijuelas ebrias y te ahogás en lágrimas de arrepentimiento porque ni en pedo vivís tu vida como dicen las canciones que tanto tarareás. Porque no querés aceptar que lo que hiciste esta noche tendrá consecuencias mañana y abrís el Face y allí estamos nosotros. Y te sentís menos triste, menos solo, menos mal y cerrás los ojos mientras te arropamos, porque sabemos, supimos, sabremos lo que es estar ahí donde vos estás. Y te abrazamos mientras vos babeás en sueños, entendiendo que te estás buscando…

…porque, a esta hora, nosotros también estamos haciendo lo mismo que vos.