Por: Mariana Lorenzo
Etimológicamente, la palabra mantra proviene de dos términos sánscritos: “man” = mente y “tra” = liberación. Aunque también he encontrado que “tra” se refiere a protección. Un mantra es aquello que libera la mente. Pero, ¿de qué la libera? La libera de ciclos improductivos de pensamientos. Aparte de los aspectos benéficos en cuanto a vibración refiere, un mantra sirve para enfocar y sosegar la mente.
Un mantra puede ser una palabra o un grupo de palabras, usualmente escritas en sánscrito o tibetano, que inducen a un estado de consciencia particular a la persona que lo recita, aunque nada impide que cada uno cree su propio mantra en su lengua.
Los mantras emplean los mismos canales subliminales que la música y los anuncios publicitarios, aunque con intenciones mucho más benéficas. No es necesario intelectualizar el “significado” o la simbología del mantra para que su sonido ejerza sus efectos sobre nosotros. El ritmo sonoro funcionará en el plano inconsciente y acabará por saturar los pensamientos conscientes, lo cual, a su vez, afectará a los ritmos. De hecho, parte de la magia del mantra consiste en que no se debe reflexionar sobre su sentido, pues sólo así trascenderemos los aspectos fragmentarios de la mente consciente y percibiremos la unidad subyacente.
Según la metafísica hindú, todo está hecho de sonido, y cada cosa contiene una representación simbólica de las pautas de energía que la componen; eso es el sonido “semilla” o raíz, bija mantra. La intención de estos mantras es la de poner a la persona que lo pronuncia en resonancia con el objeto cuyo sonido raíz ha invocado. De esta forma, mediante el conocimiento de los bija mantras se obtiene un dominio sobre la esencia de las cosas, permitiendo crear, destruir o alterar de diversas maneras. Por ejemplo, cada chakra tiene su sonido raíz asociado, que según se dice, contiene toda su esencia y, por consiguiente, todos los secretos del chakra. Teniendo en cuenta que cada chakra guarda correspondencia con su elemento, resulta que los sonidos raíz proporcionan acceso a las cualidades de tal elemento:
Tierra: Mulhadara: LAM
Agua: Swadhisthana: VAM
Fuego: Manipura: RAM
Aire: Anahata: YAM
Éter: Vishuda: HAM
Luz: Ajna: OM
Pensamiento: Sahasrara: N (nasal)
Algunos mantras están particularmente asociados a aspectos de nuestra existencia. Ya sea la prolongación de la vida, la purificación de enfermedades, impedir que la mente caiga en estados inferiores o eliminar el miedo y la ansiedad, etc. Pero en general, podemos decir que todos los mantras tienen el mismo objetivo: eliminar el sufrimiento y la confusión y conducir al practicante hacia el Despertar.
Algunos de los mantras tradicionales:
OM: El gran sonido primordial, el sonido originario a partir del cual se creó el universo, el sonido de todos los sonidos juntos.
OM AH HUM: Tres sílabas de gran poder, que se utilizan para las finalidades siguientes:
a) Purificar la atmósfera antes de emprender un ritual o una meditación.
b) Trasmutar una ofrenda material en su contrapartida espiritual.
OM MANI PADME HUM: El mantra más popular del budismo que corresponde a la compasión. Su traducción más frecuente es “La joya en el loto”. Los budistas sostienen que las seis sílabas de este mantra se vinculan con la dicha o la meditación (om), la paciencia (ma), la disciplina (ni), la sabiduría (pad), la generosidad (me) y la diligencia (hum).
OM NAMAH SHIVAYA: Significa “en el nombre de Shiva”. Es uno de los muchos mantras que invocan nombres de divinidades.
HO’OPONOPONO: Otro mantra que ha cobrado interés en las últimas décadas proviene de Hawaii. Es a la vez mantra y técnica de sanación. La palabra en sí se traduce vagamente como rectificar un error. La práctica de Ho’oponopono está basada en la creencia de que cada individuo tiene poder sobre su propia vida y es responsable por su propia sanación. En resumen, cada persona tiene memorias asociadas con emociones y, al sanar esta asociación, podemos sanar y cambiar nuestra vida.
Algunos repiten Ho’oponopono como cualquier otro mantra. También, como parte de la adaptación a través de los años, la práctica de Ho’oponopono consiste en enfocarse en una persona con quien tenemos algún conflicto pasado o presente, y aunque pensemos que son ellos los que nos han hecho algo, repetimos “Lo siento, Perdóname, Te amo y Gracias.” Practicar estos mantras tiene el poder de sanarnos y purificar nuestras emociones y cuerpos.
NAM MYOHO RENGE KYO: Es la pronunciación en japonés de los caracteres chinos que conforman el título del Sutra del loto. La frase completa fusiona elementos del sánscrito y del chino. Al incluir elementos de culturas y civilizaciones diversas en sus enseñanzas, pone de manifiesto la universalidad del budismo. Mantra consagrado como la manera de despertar la naturaleza de Buda dentro de cada uno y de percibir los niveles más profundos de nuestra existencia, donde nuestra vida y la del universo son una sola.
En ceremonias hindúes, a veces se trabaja con mapalas, que son accesorios similares a un rosario, los cuales tienen 108 bolitas (algunas veces 21) para recitar este número de veces el mantra escogido. Muchos de quienes practican disciplinadamente con mantras siguen esta tradición y trabajan con mapalas en sus ratos de meditación, usualmente en la mañana y tarde. Es frecuente encontrar la práctica de mantras en ciclos de 3 o múltiplos de 3, hasta 108.
Sin embargo, para usar mantras no es necesario establecer una ceremonia específica. De hecho, usar los mantras como instrumento de relajación y meditación es bastante fácil. El simple hecho de repetir un mantra (en voz alta o en la mente), en cualquier momento que se necesite, lo hace efectivo. Puede ser en el colectivo, en una reunión o mientras paseamos al perro. En cualquier momento donde necesitemos despejar la mente de preocupaciones, problemas o pensamientos negativos, o invocar la solución a alguna situación, usar mantras será efectivo.
“Una vez que tomas consciencia de lo poderosos que son tus pensamientos, te darás cuenta de que todo en tu vida es como has permitido que sea” – Melanie Koulouris
Importante: Todas las asanas deben aprenderse con la guía de un Instructor calificado.