44. La infidelidad la define el otro

#AmoresTóxicos

El pobre muchacho que juega al fútbol acepta con agrado la invitación de un amigo (ex futbolista) a pasar un rato de distensión en un cabaret de Las Vegas

A propósito de la foto de Messi sumergido en las tetas de una acompañante ocasional, los medios de comunicación se transformaron una vez más en detectives y científicos de la especulación. Algunos periodistas tienen el vicio de pensar por el otro antes que a ese otro se le ocurra pensar. Conjeturan con la precisión de un cirujano y son impecables elucubradores de lo que nunca ocurrió y difícilmente ocurra.

Todos los interesados pensaron por la bella esposa moviendo la lengua popular como una iguana. Algunos trazaron una línea entre el Photoshop y la imagen real, otros decían que el representante de Cristiano Ronaldo le hizo una cama y otros tantos fantasearon con que la esposa de Lio a lo mejor era vouyerista o le gustaban los tríos. La foto muestra el durante, lo interesante es saber el después. ¿Habrá filmado che?

La infidelidad la define el otro

La infidelidad la define el otro quiere decir que no basta el plan perfecto ni el verso ideal, no basta la coartada de un amigo y mucho menos el sincericidio. La infidelidad se compone de dos dialectos diferentes donde, mientras uno explica una cosa, el otro decodifica otra. En el 80% de los casos los cuernos no separan a nadie, cuando una relación llega a su fin no es porque uno de los dos eligió a otra persona, los cuernos son consecuencia pero nunca causa.

cornuda Los cuernos se negocian

Cuando una infidelidad se deja a un costado es porque los dos hacen negocio. Hay una conveniencia implícita donde ambos sacan provecho, en un caso la disculpa, cuyo precio es el reproche eterno cada vez que aparece una discusión y en el otro, la evitación de la compleja tarea de empezar una nueva vida sobre todo cuando no había intenciones previas de mover ningún tablero.

 El guampeado es auto referente

Por lo general la víctima no puede despegarse de ese rol y la infidelidad es vivida como un ataque. Es raro que uno no se sienta implicado cuando es atravesado por la cruel cornamenta, pero no siempre la infidelidad tiene que ver con el otro. Uno puede ser infiel por diferentes motivos y no todos ellos tienen, necesariamente, una relación con la pareja. Para muchos un toque ocasional con alguien no integra la categoría de guampa. Las canas al aire sobrevuelan la ciudad decorando las sábanas de la lujuria. Los más fanáticos consideran a la fantasía, al pensamiento y al sueño como una potencial infidelidad, como si uno pudiera gobernar esas cosas, los actos vaya y pase, pero los pensamientos… Ni un sueño erótico me convierte en un infiel ni la fantasía de matar a alguien me transforma en asesino.

El que busca encuentra

Hay personas que necesitan vivir en el lugar de la sospecha. Por lo general eligen a alguien que reúne ciertas características que contribuyen a ser sospechado. Son personas con un yo sumamente empobrecido que no tienen una buena sobre determinación y que siempre se consideran menos en relación a un otro fantasmático. Intentan controlar en tiempo y espacio los movimientos del otro, llegando muchas veces a contratar a alguien para tales fines. Creer que el otro en cualquier momento te va a cagar habla peor del que sospecha que del sospechado. El que sospecha tiene miedo de perder, baja tolerancia a la frustración y una importante falta de trabajo consigo mismo. Lo curioso es que prefieren mostrarse empobrecidos y alterados antes que solos y abandonados. Suelen ser hijos de padres truchos o medio chantas.

Volviendo a Messi… que buena que estaba la rubia!