60. El miedo de volverse a enamorar

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Ok, ya pasó. Se terminó el duelo. Te fumaste la soledad mientras tus pulmones te dejaban sola. Llamaste una y mil veces obteniendo el mismo resultado. Te preguntaste, como quien pregunta a un espejo, por qué las cosas se dieron así. Desconfiaste de todo, hasta de tu propio corazón. Pensaste en la lástima y en el abandono. Quisiste venganza y fuiste una gansa. Esperaste con ansiedad al señor olvido y el muy maleducado te enseñó que llega cuando se le cantan las bolas, es más, te diría que llega cuando ya no es necesario. ¿Qué quiere decir que ya no es necesario el olvido? Quiere decir que el recuerdo no lastima, que los filtros emocionales hicieron su tarea y fueron quedando, gracias a la lejanía, los pétalos sin marchitar de esa relación florida. Quiere decir que la evocación de esos días fortalece lo que vendrá, que ahora, cuando asoma la esperanza, es mucho más creíble que antes cuando era un manotazo que pretendía un salvataje harto de tragar saliva.

Si bien no es lo aconsejable, hay fantasmas que pueden convivir en tu ropero junto a la ropa interior y aun así seguir adelante más allá del recuerdo, hasta inclusive podés coquetear con una nueva historia. Entendiste que al pasado lo pisó un camión y que solo lo que hagas en el futuro, podrá redimir ese pasado. En otras palabras… el futuro es la oportunidad que nos da la vida para amigarnos con el pasado.

¿Existe el miedo a volverse a enamorar? No. ¿Uno elige cuándo volver a enamorarse y cuándo no? No. ¿Uno puede volver a enamorarse en cualquier momento? No. ¿Es una decisión consciente? No. ¿Hay que creerle al otro cuando nos dice que tiene miedo de volver a enamorarse? No. Que el otro se enamore de nosotros ¿está en nuestras manos? No. ¿Uno puede desenamorarse así porque sí? No. ¿Desde el amor se parte? No, al amor se llega.

volver a enamorarse

El miedo a volver enamorarse es la argumentación perfecta mientras el amor no llega. Es muy difícil que uno pueda vencer la tentación de enamorarse cuando conecta con alguien que despabila las mariposas gástricas. La vibra amorosa no es algo voluntario o consciente, pasa cuando pasa y no importa si es o no el momento. Uno no puede agendarse al amor para el segundo semestre del próximo año, comprobado está que cuanto más se programa menos se encuentra. Muchas veces dijimos que primero hay que llenarse de amor para bien recibir al enamoramiento que, con el tiempo, deviene en un vínculo amoroso; (aunque advertimos que ese camino está lleno de peajes). Cuando realmente aparece “la” persona no hay noción de miedo ni articulación racional que desarrolle el por qué sucede lo que sucede.

Cuando uno dice que tiene miedo de volver a enamorarse es porque el amor aun no llegó. Si alguien te argumenta esa explicación, simplemente y aunque te duela, te está diciendo que vos no sos la persona que está esperando, no es por miedo, es simplemente porque hay algo tuyo que no le cierra… y contra eso no hay nada que hacer, sólo volver a la cucha.

Pero supongamos que sea cierto, que una persona cree que tiene miedo de volverse a enamorar. Que no quiere volver a sufrir y no desea pasar por lo mismo. Que de solo pensar esa sensación mañanera de vacío existencial se le congela el corazón. Supongamos que esa persona hace fuerza para que el amor no lo arranque de su covacha. Que se resiste como el niño de cuatro años que no quiere entrar al jardín maternal. ¿Cuánto puede durarle? ¿Tres meses? ¿Cuatro? Mirá, esto es así: cuando llega no tenés escapatoria. Y deberías celebrarlo porque sólo llega (de verdad) cuando estás listo para eso; nunca antes. Por eso, habitualmente, para llegar al gran corazón uno se va apoyando en pequeños corazoncitos como si fueran las piedras de un río cordobés. En algunas haces pie, en otras te caes de orto.

Claro; es más fácil y menos costoso echarle la culpa a tus miedos en lugar de enunciar esa honesta frase brutal de “la verdad que no me gustás lo suficiente para que me enamore de vos, aunque podríamos tener algo”. Siempre es mejor que el otro se compadezca de tus limitaciones a que piense que estás hiriendo su narcisismo y considere la posibilidad de pensar que no sos buena gente. ¡Pero cuidado! En una de esas está leyendo estas líneas.

Igualmente siempre existe la posibilidad que seas un fóbico emocional, en tal caso, cualquier cosita preguntale a Google.

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