Por: Agostina Fasanella
Quisiera empezar el blog de esta semana con la frase de Carl Jung que decía que “El problema de la mayoría de los seres humanos es que nacen siendo originales y mueren siendo duplicados”.
Creo que esta frase encierra en sí misma una de las llaves de la creatividad y refiere a la posibilidad que tenemos los seres humanos, en nuestra niñez, de generar ideas originales y cómo vamos deviniendo en el proceso que vivimos con nuestra educación al “entrar” dentro del paradigma social de lo que “deberíamos ser” y de lo que los demás esperan de nosotros. Desde ese proceso terminamos siendo “duplicados”: Todos parecidos, pensando parecido y actuando parecido, “limitándonos a hacer solo lo que hay que hacer”.
Generalmente cuando somos originales o tenemos una idea diferente a las ideas “comunes o predecibles” para la mayoría quedamos fuera del estándar.
La creatividad te invita a crear tu propio estándar, siendo original a tu manera. Usando la mayor parte posible de tus capacidades creativas.
En un estudio que se hizo en los Estados Unidos, surgió que las personas utilizaban entre el 85 y el 95% de su creatividad en el preescolar y solamente entre el 30 y el 35% en los postgrados universitarios…
Posiblemente el límite esté en todo lo que nos decimos, en esas certezas que nos quitan la libertad de ir por lo que queremos. O tal vez el límite esté en cada minuto que pasamos sin decidir empezar a pensar que es posible.
Tal vez pienses… ¿Cómo hacer para ir más allá de mi pasado, más allá de mis historias, más allá de todo y de todos y comenzar a ser creativo para poder decidir y hacerme cargo de mis proyectos y de mis sueños?
Al parecer estamos condicionados por nuestras experiencias, por la sociedad en que vivimos, por nuestro nivel de estudio y también por lo que hemos estudiado. Desde ahí vemos el mundo y nos relacionamos con los demás y lo hacemos desde formas pre programadas. . Pero… ¿Podemos trascender esta programación previa? ¿Podemos hacer un cambio en nuestros modelos mentales internos? ¿Podemos en realidad reprogramar al cerebro, “meta-programándonos” con eficacia?
Posiblemente aprender a ser creativo sea una experiencia subjetiva, de naturaleza personal y profunda de comunicación con los estratos más profundos de la persona humana.
Posiblemente sea un camino para conectarte con vos mismo, con tu “niño interior” para poder ver el mundo desde otro lugar: ser, en definitiva, un observador diferente, desprovisto de condicionamientos.
Este proceso está lejos de ser un proceso lógico pero sí es emocional. Consideremos la forma en que los patrones emocionales se fijan en nuestro cerebro; es notable que cambiemos con la frecuencia en que lo hacemos. Una experiencia cercana a la muerte, el nacimiento de un niño, una epifanía, una nueva relación íntima o una conversión religiosa pueden catalizar profundos cambios de percepción y de identidad. Es posible transformar radicalmente las vidas de las personas con herramientas como la meditación, la dieta, el ejercicio o por repetidas experiencias correctoras de la relación con los seres amados o en psicoterapia o desde el Coaching Ontológico.
La investigación científica en forma paulatina ha contribuido a explicar el fenómeno creativo y con ello, se ha iniciado la investigación relacionada a la aplicación de técnicas y programas de estimulación del pensamiento creativo, los que cada vez alcanzan mayor vigencia.
Mediante el entrenamiento de la creatividad se ejercita la capacidad de producir nuevas ideas y de ampliar el desarrollo de las ya existentes; situación de la cual no escapa el concepto de Inteligencia Emocional.
Según Daniel Goleman, existen en la inteligencia emocional cinco habilidades esenciales:
Conocer las propias emociones: es la capacidad de reconocer los sentimientos propios, se refiere a la conciencia de vos mismo (el reconocer un sentimiento mientras ocurre). Este es el momento clave de la inteligencia emocional. Una mayor certeza con respecto a nuestras emociones es una buena guía para las elecciones vitales, ya sea desde casarse hasta optar entre un trabajo u otro.
Manejar las emociones: es la capacidad de administrar los sentimientos propios. Las personas que saben serenarse y librarse de la ansiedad, irritación o melancolías excesivas se recuperan con mayor rapidez de las dificultades de la vida. Por cierto, su desarrollo supone un adecuado desenvolvimiento de la capacidad anterior.
Auto motivación: Las personas que saben controlar la impulsividad y saben esperar para obtener su recompensa cumplen con sus objetivos y están conformes con sus logros.
Empatía: es la capacidad para reconocer las emociones de los demás, al saber qué quieren y qué necesitan es una habilidad fundamental para establecer buenas relaciones sociales y vínculos personales. Esto permite una adecuada comunicación emocional entre las personas y una mejor convivencia entre su comunidad, dada la calidad de su reacción emocional.
Manejar las relaciones: Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás, suele estar asociada a la capacidad de liderazgo y popularidad.
Estas “herramientas” permiten la exploración del mundo emocional, como también, el manejo de emociones propias y ajenas, es decir, da la base para la existencia de una verdadera e invisible “brújula del corazón”. Tal vez, un elemento significativo en tu despertar creativo.
Algunos aspectos que consideramos importantes para que puedas desarrollar tu despertar creativo como cualidad personal y profesional:
Crear una atmósfera cálida, comprensiva y permisiva en un ambiente de trabajo cooperativo y facilitador de la expresión creativa personal.
Tener experiencia de auto-conocimiento y exploración personal de tus talentos y fortalezas. El compromiso, la empatía, la verbalización de tus estados, la disposición a crear, la audacia ante lo desconocido, el compartir, suelen ser algunos de los comportamientos distintivos que se expresan en un ambiente sereno, discreto y apoyador, y con una fuerte motivación de logro y fortalecimiento de su autoestima.
La metodología de trabajo: la ejecución de técnicas de desarrollo personal e interacción grupal, facilitadoras de la creatividad.
La autoevaluación: poder observarte y corregir rumbo en aquello que lo consideres necesario.
Por consiguiente, el énfasis está centrado en el proceso y no en el resultado de cada actividad abordada. Interesa el concepto de evaluación integral, que otorgue el máximo de flexibilidad de intervención. La disposición no se abre con facilidad luego de llevar una vida reforzando nuestra particular visión del mundo.
Muchas veces necesitamos llegar a tocar fondo para apreciar plenamente la medida en que somos “prisioneros”. O tal vez nos damos cuenta al tener un duro despertar, por ejemplo, al ver que nuestro comportamiento es muy similar al que criticábamos en nuestros padres, como sucede con frecuencia.
Rara vez cambiamos, a menos que nos sintamos incómodos. Generalmente hacemos un cambio mental ante la incomodidad de la disonancia cognitiva (una falta de coherencia entre nuestras creencias y nuestras acciones). Cambiamos nuestro comportamiento cuando vivimos la incomodidad de ver nuestros deseos frustrados. Abrimos nuestro corazón cuando nos demuele la pena o la alegría. Puede que no nos sea necesario el sufrimiento pero ciertamente es un incentivo muy común.
De alguna manera pareciera que estamos “obligados” a cambiar de a poco, o solo cuando aparece algo que nos incomode. Esto te esconde, te hace aparecer a cuenta gotas. Tal vez por miedo a ser diferente, por temor al qué dirán ó por temor a sorprenderte de tus grandezas.
Es posible conocer tu potencial en cualquier oportunidad: una experiencia cumbre; un libro, film, obra de arte o una persona inspiradora.
Miles de posibilidades pueden abrir tu imaginación en la forma más inesperada! Entonces deseo profundamente que la sabia frase de Jung vaya, con el tiempo, perdiendo vigencia… te invito a buscar dentro tuyo al verdadero y original VOS!
Que tengas una linda y original semana!
Agostina Fasanella
Y el Equipo de Liderarte Consultora