EN CASA MANDO YO

#FCBarcelona

Más allá del 1-1 con el que se habían cerrado los primeros 45 minutos, el Real Madrid había sido superior al Barcelona y merecía irse al descanso al frente. Pero las atajadas del chileno Bravo, el travesaño y un gol polémicamente anulado a Gareth Bale, conspiraron contra las chances del equipo Merengue. El Barca había mostrado poco y nada. El 1-0 blaugrana (Mathieu, de cabeza), podía entenderse mejor desde la enorme pegada de Leo Messi- desaparecido durante casi todo el primer tiempo- que desde el juego. Los locales se mostraban imprecisos para hacer circular la bola e ineficientes para recuperarla. Ocupaban espacios pero casi nunca ganaban en las divididas. Para colmo Iniesta, el encargado de manejar las salidas y conectar a los volantes con los puntas, se mostraba llamativamente impreciso. Y cuando el cerebro no funciona…

Modric, Isco y Bale ganaban el pulso a pura presión y, por momentos, encerraban a los de Luis Enrique contra su propio arco. El gol de CR7 (si, siempre hay un gol de Cristiano Ronaldo en el Camp Nou), tras un gran taco del exquisito Karim Benzema, envalentonó a los visitantes, quienes, conscientes de la necesidad de llevarse los tres puntos de Cataluña, apretaron en todas las líneas. La cuestión era ver si el Madrid podría mantener semejante ritmo a lo largo de todo el encuentro. El Barça sobrevivía la embestida blanca y llegaba al entretiempo con la obligación de re ordenar un poco las fichas si aspiraba a conservar la punta del campeonato.

Comenzó la segunda parte y la tendencia en el juego se mantenía,  parecía una continuación del primer acto. Hasta que llegó un bochazo largo de Dani Alves para Luis Suárez, quien dominó la pelota a espaldas de Sergio Ramos y cruzó el remate ante la salida de Iker Casillas y la estéril estirada de Pepe. El 2-1 fue un golpe duro para el Real, una de esas  manos pesadas, que dejan al boxeador parado, perdido, sin rumbo, al borde del knock-out. El Barcelona sintió que era su momento y lo fue a buscar para liquidarlo.

Messi, exageradamente pegado a la raya derecha durante la primera hora de juego, centro un poco su posición en el campo y comenzó a jugar a espaldas de Kroos y Modric, participando mucho más en el juego y creando chances para él y para sus compañeros. Si Bravo había sido vital en la primera parte, fue Casillas quien debió esforzarse para tapar varias pelotas complicadas en el complemento. Neymar, Messi, Alba, Suárez, todos contaron con chances clarísimas para ampliar el marcador y definir el partido, pero el capitán madridista intervino con acierto en cada una de ellas, manteniendo vivo a su equipo y extendiendo la incertidumbre del resultado hasta el último minuto.

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Suárez y Mathieu, los goleadores del clásico.

En definitiva, la victoria culé le permite al Barca colocarse a 4 puntos de su clásico rival y sirve para cerrar positivamente una semana tremendamente exigente desde lo físico y lo mental, que incluyó un duelo decisivo contra el Manchester City por la Liga de Campeones. Los hinchas blaugranas celebran y se entusiasman con un equipo que, de seguir por esta senda, cuenta con los fundamentos futbolísticos para optar por Liga, Champions y Copa del Rey y conseguir el tan ansiado triplete.