Por: Sol Iametti
Post Nubila Phoebus. Susurré en voz baja la inscripción grabada en la piedra blanca y pasé mis dedos por las letras con suavidad. “Tras las nubes, el sol”.
- La sonrisa de las mujeres
Hay libros, películas y canciones que nos marcan para toda la vida. Hay historias que se quedan con uno, por alguna razón, y nos sacan a flote cada vez que llovemos de adentro hacia afuera. Hay frases que se graban de forma indeleble y nos marcan para toda la vida. Hay personas… personas que nos cambian la vida para siempre.
Abro un libro que está en el escritorio, dice: “Mamá quería que yo tuviera sus alas para volar como ella jamás había tenido el coraje de hacerlo. La adoro por eso. Adoro que ella haya querido dar a luz a sus propias alas.” Al instante de terminar de leerla, ya lo sé: voy a guardarla como un tesoro íntimo y llevarla conmigo a dónde sea que vaya, como llevo a mi mamá y mi papá.
La nostalgia por la presencia física nunca desaparece. Pasaron 5 años y aún sigo extrañando los mates con mi papá un sábado a la mañana mientras escuchamos Creedence a todo volumen; y después de casi 3 años todavía lluevo la pérdida de los abrazos de mamá, esos abrazos que se sienten como llegar a casa. Otro tesoro, tesoros invaluables que en el momento podemos no saberlo, pero que más tarde entendemos que son el eje que nos transforma en quienes seremos más adelante en nuestra vida.
Hoy soy como soy gracias a todos estos instantes cotidianos que viví en mi casa, gracias a cada una de las personas que intervino a su manera en mi vida y que, sin saberlo, dejaron su huella para siempre. Hoy soy como soy gracias a las pérdidas que me atravesaron (porque que nos atraviese la pérdida es parte del proceso).
“… Y el mundo seguirá girando” – leo en uno de las notas anteriores. Ya lo creo; pero que siga girando de manera distinta depende de nosotros. Por eso es importante dejarse llevar, dejarse caer; por eso es importante escuchar, perdonar, extrañar, gritar cuando hace falta. Por eso escribo, porque esta es mi forma de dejarme llover. Y gracias a mi papá y a mi mamá entendí que la lluvia es necesaria para aprender a ver el sol de otra manera.
“Déjame decirte algo. Sé que no quieres escuchar a tu padre. Yo no escuchaba al mío pero te lo estoy diciendo, debes prestar atención a las señales. Cuando la vida te alcanza con un momento así, es un pecado si no extiendes tu mano. Te lo digo yo, es un pecado si no lo haces y te atormentará por el resto de tus días. Como una maldición. Encaras un gran reto en tu vida ahora mismo, en este momento, justo aquí.”
- El lado luminoso de la vida (2012)
“Post Nubila Phoebus“, y que justamente esté escribiendo esta nota en un día de lluvia, no es casualidad. Como no es casualidad que vos y yo nos hayamos encontrado y estemos unidos, de alguna forma, a la distancia… a través de las palabras.
“No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.”
- Walt Whitman
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A continuación les dejo el playlist oficial de La Hija del Cambio con las canciones que me ayudaron a dejarme llover: