Por: Mariana Lorenzo
Febrero me agarró teniendo una práctica maravillosamente disciplinada. Los lunes doy clases por la noche, así que entre el trabajo de oficina y la clase, tengo el tiempo perfecto para practicar en casa. Los martes doy clases particulares, pero, llegando a casa, también hay tiempo para la práctica. Miércoles, jueves y viernes se practica, salvo que sea luna llena o que esté en los primeros días del período. El sábado se descansa y el domingo de familia siempre tiene un huequito para una práctica más corta.
La primera semana de marzo vino genial, hasta el jueves. Ese día no practiqué asanas por la luna llena, pero sumado a eso, llegando el anochecer, empecé a descomponerme. Una gastritis viral me tuvo cuatro días sin práctica de posturas. Es increíble la lucha interna que se empieza a desplegar entre el querer mental y no poder físico. Sé que al retomar mis prácticas el cuerpo estará duro y sentiré que retrocedí veinte pasos en el camino de samadhi (iluminación), o quizás no, porque esos días me enseñaron otra cosa.
El cuerpo tiene sus propios tiempos que, en muchas ocasiones, no son los mismos tiempos que manejamos en nuestra mente. La actitud y el compromiso que se tiene frente a nuestra práctica es lo que nos define. No es que me venciera la fiaca o la falta de voluntad para realizarla, es que es cuerpo me hablaba y estaba pidiendo descanso. Y en el camino a (re)encontrarse con Dios, aprender a hablar el idioma del cuerpo también es necesario.
A veces, una lesión o enfermedad puede presentarse impidiéndonos tomar nuestras clases, pero creo que lo más importante es parar y ocuparse de escuchar lo que el cuerpo nos está pidiendo. Nuestro mat siempre va a estar ahí, esperándonos, llamándonos, lo importante es no perder esa voluntad que nos lleva a él.
Estos días leí en internet: “Sadhana es la práctica de auto disciplina que le permite a uno expresar el infinito dentro del Ser. Es un tiempo, cada día, para notar los patrones que nos alejan de la conciencia superior y para trascender esos patrones. Sadhana es una actividad consciente. Conscientemente, decidimos levantarnos, trabajar le cuerpo y meditar. Cada día es diferente. Cada día somos diferentes. Cada 72 hs, todas las células del cuerpo cambian totalmente. La enfermedad va y viene. La motivación aumenta y decrece. Pero a través de todo flujo de la vida, a través de todas las variaciones de la mente y del corazón, conscientemente, decidimos mantener una práctica constante y regular.”
Cuando no puedan con el cuerpo, entrenen la mente. Mantengan con vida el hilo conductor que es sadhana.
“Todo mejorará en tu futuro, si haces un esfuerzo espiritual hoy” – Sri Yukteswar Giri
Importante: Todas las asanas deben aprenderse con la guía de un Instructor calificado.