Por: Fabio Lacolla
El cuerpo es invisible
Al final uno se termina enamorando de todo, menos del cuerpo. La belleza, como todo lo bello, con el tiempo tiende a desaparecer. En la medida que vamos internalizando al otro, éste desaparece como objeto para transformarse en sujeto. Es decir, lo que en un principio fue fascinación termina convirtiéndose en algo natural. El amor es lo que viene después del cuerpo.
¿Qué buscan las mujeres?
Hay dos tipos de mujeres: las mujeres con minúsculas y las mujeres con mayúsculas. Las primeras buscan la tablita en el abdomen, el autito teflonado, el comedor en su lugar, cierto grado de popularidad apócrifa y un poco de debilidad. No les importa tanto lo de adentro porque para ellas es importante que el muchacho se vea de lejos. Un buen lejos es fundamental para la mujer con minúsculas. La inteligencia es, para ellas, un valor agregado. Las mujeres con mayúsculas buscan alguien que pueda compartir un proyecto, que tenga sentido del humor, buena charla y cierta inteligencia para pensar su vida cotidiana. La belleza es, para ellas, un valor agregado. Por supuesto que el mundo está plagado de jóvenes que tienen un poquito de cada cosa; esa es la especie de los casados.
Pero en ambos casos, tanto las mujeres con minúsculas como las que llevan mayúsculas, lo que buscan en un hombre es: seguridad.
Cuando el cuerpo no habla
Cuando el cuerpo no habla por sí solo hay que darle gas. En muchos caballeros el cuerpo habla a través de su delgadez, de sus ojitos de bebe o de una sonrisa conciliadora. Ahora si te tocó un naso prominente, una pancita indisimulable o una piernitas patizambas, el arma letal tiene que ser tu lengua.
El chamuyero profesional
Un verdadero as del verso pone toda la carne al asador haciendo evidente aquello que en general se quiere ocultar. Guapea con la panza como parte de su seducción. Y no es que el otro compre la panza, lo que compra es la seguridad que esa persona tiene con lo que socialmente podría ser un obstáculo. Así como el petizo se agranda y es en general quien se lleva las mejores, el panzón tiene una lógica insuperable a la hora de hipnotizar a su futura presa. Dice lo que en general se calla y calla lo que en general se dice, ahí radica su secreto.
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