Por: Fabio Lacolla
A los Oyentes de “El Colador Violeta”, programa de Radio Cipolletti 99.1 Mhz
Las redes sociales y en especial el Facebook poco a poco van transformando nuestras configuraciones vinculares, se viene reemplazando el timbre por la tecla y el cafecito por el “me gusta”. Hoy, en Argentina, cerca de veinte millones de usuarios tienen Facebook siendo uno de los países que más utiliza esta herramienta social.
Los psicólogos tenemos como hábito la contemplación excesiva de cualquier fenómeno que se presenta ante nuestros ojos y opinar científicamente de todo. Ante el eminente lazo social que produce esta red podríamos “patologizar”, sin ninguna reverencia al Código Internacional de Enfermedades, diferentes conductas de los facebooknautas.
- El que nunca cambia su foto de perfil
He aquí una persona rígida y con mucho temor al cambio que oculta en esa rigidez un profundo temor a ser descubierta posiblemente porque detrás de esa imagen imperturbable se esconde un demonio maquiavélico. Suele ser muy tradicionalista y de valores inquebrantables, es decir, aburrida.
- Cambio de foto compulsivo
Estamos, en este caso, con una persona absolutamente insegura… un panqueque emocional. Considera que la mejor foto es la que está por llegar, pero cuando llega duda de eso y vuelve a poner la de hace dos meses que estaba buena pero no tanto como la que seguramente se sacará el fin de semana. Suelen tener cierta fatigabilidad y dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco; ni hablar de la alteración del sueño.
- Los paisajistas
Son personas reservadas e íntimas que en lugar de poner sus propias fotos eligen la punta del Aconcagua o un bosque florido. En general no tienen muchos amigos y usan el Facebook es para enterarse de la vida de los demás sin recurrir al barrido de vereda. Nunca hacen comentarios demasiados jugados y tienen el “me gusta” fácil. Desarrollan más el lenguaje receptivo que el expresivo.
- La humanización de mascotas
Es muy posible que las personas que humanizan a un animal, animalicen a determinadas personas, es decir, que podrían tener la pretensión que sus afectos respondan a sus deseos como un reflejo condicionado. La gran mayoría milita desde su casa compartiendo fotos de mascotas que necesitan la atención de todos. Suelen tener problemas con el control de los impulsos y hacen del amor por la mascota un acto que roza la obscenidad. En general desarrollan conductas irritativas como respuesta a cualquier cuestionamiento a su vínculo mascotil.
- El club de la pelea
Cada viernes, a la salida de la primaria, todo el colegio presenciaba alguna agarrada a piñas. Durante el día, en los recreos, se iba armando la podrida para ver quién era el elegido de defender a su curso. Ahora resulta que la gente se pelea con los dedos a través de una teclita. No hay nada más cobarde que necesitar de testigos para poder discutir una idea. Esos cruces obscenos entre uno o varios contrincantes empobrece el concepto de red, sobre todo cuando la discusión persigue la destrucción del otro a través de la violencia verbal o la falta de respeto. En una red social se intercambian ideas, se discute y se disiente, pero de ahí a convertirla en una oportunidad para la catarsis de vaya a saber qué, es otra cosa. No deja de ser un tipo de trastorno del narcisismo donde la autoimportancia prevalece por encima del otro; donde el discutidor del petardo cree que es especial y único y que sólo puede ser comprendido por personas especiales o de un alto nivel. Intentan hacer justicia de sus pensamientos con actitudes arrogantes o soberbias.
- Los Gandhi dependientes
A partir de la implementación cotidiana de esta red social empezaron a aflorar frases célebres de abajo de las baldosas. Personas que, fuera de la red, suelen ser bastante jodidas luego frente a su notebook te mandan frases armonizadoras. Son los consejeros recurrentes que suponen que con una buena foto retocada y un oportuno entrecomillado podrán salvar al mundo. Muchos empezaron así y terminaron con un delirio mesiánico.
- Los que hacen un relato de todo
Este va dedicado a los que los viernes me informan que es viernes y que cuando diluvia ponen que se viene el fin del mundo. No hay nada más molesto que la gente te diga lo que ya sabés como si no lo supieras. Estas personas registran poco al otro porque viven en su mundo y solo conectan con el universo cuando ese universo tiene relación con su mundo. Suelen ser personas muy agradables y generosas siempre y cuando tu universo tenga relación con el suyo.
También están las que te informan a la mañana que están desayunando y a la noche que están por cenar. Te cuentan el minuto a minuto de las constelaciones cercanas a la luna y cada tanto te hacen un relato de su propio servicio meteorológico a modo de: -Qué frio que tengo!
- El que se la pasa eliminando personas
Es el típico enurético, seguramente de chico se hacía pis en la cama y esto le trajo acarreado algún conflicto como por ejemplo retener a los afectos: Si eliminas amigos del Facebook por una frecuencia de 2 episodios semanales durante por lo menos 3 meses consecutivos estamos frente a clara Enuresis del Tipo B.
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