Por: Agostina Fasanella
Hace unos días me encontraba en un shopping de Buenos Aires comprando el regalo de cumpleaños de un gran amigo. Al llegar a la fila para pagar veo dos chicos delante mío contando una y otra vez su dinero y escucho que uno le dice al otro “Qué lástima que no traje mi tarjeta de descuentos, vamos a estar justos con el dinero para comprar estos regalos para nuestros viejos”. En ese momento me pareció muy tierno ver a dos chicos jóvenes, cada uno comprando un regalo para su papá, contando una y otra vez su dinero, me hizo pensar en el esfuerzo que significaba para ellos realizar esta compra. Interrumpí su conversación y les dije ” Disculpen que me meta, pero escuché que olvidaron su tarjeta de descuentos… No se preocupen, yo sí traje mi tarjeta de descuentos y se las presto para que puedan usarla ustedes también”.
Cabe aclarar que aquí en Argentina las tarjetas de descuentos no implican ningún gasto extra para el titular de la misma, por lo tanto, si yo se las prestaba , para mí era exactamente igual que si no se las prestaba, pero no para ellos!
Los dos chicos totalmente sorprendidos dijeron la palabra GRACIAS no menos de 8 o 10 veces y más allá de que el descuento era importante, uno de ellos me dijo “Qué buena onda, ojalá todos hiciéramos lo mismo! Estaría bueno, no?”.
En ese instante recordé la famosa película “Pay it foward” y tomé conciencia que podía ser el inicio de una “Cadena de favores”. Les propuse a los chicos que “le paguen al próximo” y ellos muy contentos aceptaron y me dijeron “Vamos a hacerlo, sin duda, vamos a cambiar el mundo!” medio en chiste, medio enserio…
Esta situación me dejó tan movilizada que, a pesar que no utilizo este blog para contar historias personales, hoy quiero invitarte a vos que estás leyendo esta nota a armar tu CADENA DE FAVORES!
Según la película, debés elegir a 3 personas para hacerles 1 favor a cada una y pedirles que luego cada una de ellas elija a otras 3 personas para hacerles 1 favor a cada una y así sucesivamente cada uno seguirá su cadena…
Si tan solo cada uno de nosotros comenzáramos eligiendo aunque sea 1 persona y pidiéndole que se tome la responsabilidad de “pagarle al próximo” pensá cómo sería el mundo… Wow! Qué gran desafío! Y empieza por cada uno de nosotros!
Tal vez esos favores no tengan que ser inmensos, si no simplemente hacer algo por alguien que esa persona no pueda hacer por sí sola, sumar tu “granito de arena” y estoy segura, como digo siempre, que un día vamos a despertarnos y el mundo será UNA GRAN PLAYA!
Gracias por lernos y te recomiendo si no viste la peli que la veas! 
Agostina Fasanella
Y el Equipo de Liderarte Consultora