Por: Luciana Paulise
“Cada momento utilizado para planificar, ahorra cuatro utilizados para implementar “
Tenemos un producto muy exitoso, sabemos que tenemos potenciales clientes y un hermoso local de venta. ¿Pero… tenemos una estrategia de venta a largo plazo? Pensar en un plan estratégico es acompañar al desarrollo del producto con una guía que nos permita ver más allá de ese producto, y nos dé información sobre otros factores, como la competencia o el mercado, que nos permitan ser más competitivos anticipándonos a los problemas y aprovechando las ventajas de nuestro producto.
Hacer un plan estratégico no es fácil, pero sí es vital para la organización de cualquier tipo de empresa, grande o chica de manufactura o de servicios para poder ser exitosos en el largo plazo. Se logra teniendo en cuenta dos procesos, el de planeamiento y el de implementación. Es por eso que cuando se piensa este plan, es fundamental que no lo haga sólo el director de la empresa, sino que lo haga en conjunto con quienes van a implementarlo, para que sea realista. Según el tamaño de la empresa, se puede hacer un plan estratégico general, e ir escalonando los objetivos por distintos niveles: los directores tienen objetivos, que se cumplen a través de los objetivos de los gerentes, que se cumplen a través de los mandos medios y así sucesivamente. Lo importante es que la empresa encuentre la forma de que todos sus empleados relacionen sus actividades diarias con el plan estratégico general, y que éste se relacione con los objetivos de la empresa a largo plazo.
¿Cómo se hace un plan estratégico?
- Analizar el impacto de factores internos y externos y la probabilidad de ocurrencia en el futuro: desarrollo del mercado, necesidades de los clientes, nuevas tecnologías, nuevas leyes o regulaciones, la competencia, potenciales socios, proveedores, ciclos económicos, factores ambientales, cultura de la gente donde se ofrece el producto, cultura de los empleados, tipo de gerencia de la empresa, objetivos financieros esperados, habilidades principales que posee la empresa
- Hacer un análisis FODA a partir de los impactos mencionados. FODA proviene de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Las Fortalezas y Debilidades son factores internos que permiten a la compañía llegar a sus objetivos o lo dificultan respectivamente. Las Oportunidades y Amenazas son factores externos a la empresa que se pueden aprovechar (como por ejemplo tendencias, leyes o eventos que la favorezcan) o que debemos tener en cuenta y mitigar antes que afecten negativamente.
- Definir los asuntos prioritarios: Del análisis FODA elegir los asuntos prioritarios a trabajar, como por ejemplo si los productos tiene componentes importados que puede ser difícil obtener en el futuro, ese asunto se convierte en una amenaza muy probable que hay que buscar mitigar. Otro asunto prioritario podría ser que se detectó la oportunidad de desarrollar un nuevo mercado, vendiendo el producto en otro lugar.
- Desarrollar planes de acción: una vez seleccionados todos los asuntos prioritarios, estos se deben delegar a un equipo o jefatura que se encargue de implementarlos. Cada asunto debe tener su correspondiente plan de implementación en el cual debe determinarse una fecha de finalización y clarificar el objetivo (qué se quiere lograr para ser considerado exitoso). Por ejemplo, si un objetivo es mejorar la retención del cliente, el plan de implementación puede contener acciones que incluyan mejorar el servicio al cliente y desarrollar un programa de fidelización.
Estos 4 puntos se pueden combinar con el ciclo de mejora llamado PDCA o PHMA en español de Deming para que el plan estratégico no quede sólo en un papel y sea ejecutado:
- Planear: (puntos 1-2-3-4)
- Hacer: Implementar el plan de acción
- Monitorear: Una vez desplegados los planes de implementación en pequeñas acciones, estas deben irse monitoreando para asegurar su cumplimiento en tiempo y forma. Se puede hacer una lista con todas ellas y organizar reuniones mensuales de revisión del status y evaluación de recursos utilizados y a utilizar para evitar sorpresas al finalizar el año.
- Actuar: modificar el plan si es necesario. Hay que tener en cuenta y reconocer que un plan no siempre, es más, generalmente no puede seguirse al pie de la letra porque la circunstancias o factores externas/internos pueden cambiar o no ser como estimábamos. Para eso debemos estar preparados, no ocultar estos cambios sino todo lo contrario, traerlos a la luz en las reuniones de revisión y adaptar el plan en la medida de lo posible, comunicando a todos los involucrados del cambio.
“Uno no puede planear y adaptar las circunstancias, lo que puede hacer es adaptar el plan a las circunstancias”
¡Espero sean útiles estos consejos! Para consultas o sugerencias mi mail es Luciana.paulise@biztorming.com.ar