Por: Mariana Lorenzo
Para los que ya lo saben y para los que no, la Luna tiene un campo gravitatorio lo suficientemente fuerte como para afectar a la Tierra, sobre todo al agua en ella. Por eso, tenemos mareas altas y bajas. Por eso, se planifica cuándo cosechar determinados frutos. El Ser Humano es 70% agua. Ahora, sumemos: dos más dos = bajemos un cambio.
Según la tradición de las prácticas de Ashtanga Vinyasa Yoga, en los días de Luna Llena y Luna Nueva no se deben practicar asanas, ya que la fuerza energética creada por la Luna en oposición y conjunción al Sol nos afecta, no sólo físicamente, sino energéticamente, volviéndonos, a su vez, más propensos a lesiones. Esto no significa que dejaremos de practicar Yoga, porque, como ya hemos aprendido, Yoga no es sólo la actividad física. Lo que aquí se recomienda es no realizar práctica intensa y, particularmente en Ashtanga Vinyasa Yoga, no practicar asanas, justamente por la demanda física que esta disciplina requiere.
Hay diferentes ramas de Yoga y, si bien a mi parecer todas tienen la misma base (como la búsqueda del descubrimiento y crecimiento personal y espiritual), no todas ellas objetan las prácticas de asanas en Luna Llena. De hecho, no es que el espíritu de Sri Pattabhi Jois se levantará de la tumba a darte un correctivo en la nuca si practicás en estos días. Queda a elección de cada uno respetar la tradición o no.
Para los tecnológicos, hay una aplicación para los celulares con Android que realiza un seguimiento de las fases de la Luna y el Sol. Se llama Luna Solaria, y se las recomiendo a aquellos que, como yo, no tienen ni idea de cómo calcular el ciclo lunar sin ayuda.
Psicólogos y sociólogos han observado que en días de Luna Llena aumentan los nacimientos, los crímenes pasionales, accidentes, compras compulsivas, consumo desmedido, actividad sexual, etc…
Seguramente oyeron alguna vez a la abuela hablar de –ese chico va a nacer el lunes porque es Luna Llena.
Se dice que los ciclos femeninos se rigen por la Luna, que tarda 28 días en darle vuelta a la Tierra al igual que el ciclo… Por algo, una vez al mes mutamos en “lunáticas”.
¿Por qué creen que las leyendas de hombres lobo los asocian directamente con la aparición de esta Luna?… Es que se produce tal revolución que desde una mirada poética podríamos decir que el animal que hay en nosotros sale a la superficie. Tenemos menos control.
Así pues, no es de extrañar que se recomiende disminuir las prácticas intensas. En caso de que de todas formas quieran realizar la actividad física, procuren armarse una rutina suave que no aumente las posibilidades de lesión. Lo ideal sería dedicarse a meditar o estudiar.
Meditar es serenar la mente lo mayor posible para lograr calma interior. Hay varias “herramientas” que podemos utilizar para lograrlo, como por ejemplo observar los pensamientos sin juicio, dejarlos pasar sin aferrarse a ellos, concentrarse en la respiración, visualizar una imagen o repetir un mantra. Con constancia iremos logrando que la mente deje de generar pensamientos y se pueda trascender el ego.
En cuanto al estudio, estamos hablando de toda literatura que alimente el conocimiento para vivir en estado de Yoga. Los Yoga Sutras de Pantajali, Vedas, el Bhagavad Gita y otros tantos textos sagrados. Pero no sólo hay que limitarse a la literatura milenaria. Los textos actuales que desarrollen las diferentes temáticas y puntos de vista acerca del Yoga también “suman”. Todo conocimiento siempre suma, aprovechemos para ejercitar también la mente.
“Leer es a la mente lo que el ejercicio es al cuerpo.” (Joseph Addison)
Importante: Todas las asanas deben aprenderse con la guía de un Instructor calificado.