Por: Mariana Lorenzo
El nombre de esta asana tiene raíces en la mitología hindú. Cuenta la historia que un poderoso sacerdote, Daksha, realiza un increíble yagna (ritual sacrificio), pero que no invitó a su hija más joven, Sati, ni a su marido, Shiva, el gobernador supremo del Universo.
Sati descubre que su padre no la había invitado y decide ir sola al yagna. Al llegar comienza a discutir con Daksha e incapaz de soportar sus insultos, suelta un juramento: – Como fuiste tú el que me dio este cuerpo, ya no quiero estar unida a él. Dicho esto, caminó hacia el fuego y se arrojó a las llamas.
Cuando Shiva oyó acerca de la muerte de Sati, su corazón quedó devastado. Tomó un mechón de su propio cabello y lo convirtió en un poderoso guerrero. Shiva lo nombró Virabhadra. Vira = guerrero, valiente, corajudo. Bhadra = bueno, auspicioso, amigo. Le ordenó ir al yagna y destruir a Daksha y a todos los presentes.
Más tarde, Shiva llega a la yagna y ve la masacre que Virabhadra había dejado. Lo absorbe de nuevo en su propia forma y lleno de tristeza y compasión, Shiva encuentra el cuerpo de Daksha y le da la cabeza de una cabra, que lo trae de vuelta a la vida. Al final Sati también renace.
Esta asana tiene tres variantes:
Virabhadrasana I: Representa la llegada, con la espada en ambas manos, abriendo su camino desde debajo de la tierra.
Virabhadrasana II: El momento en que ve a su oponente, Daksha.
Virabhadrasana III: Moviéndose con precisión y rapidez, decapita a Daksha.
Virabhadrasana es una de las últimas posturas de parado. Requiere concentración y determinación para conquistarla. Exige realizar varias acciones que pareciera que te llevan hacia lados opuestos al mismo tiempo. Hay que elevarse mientras se tienen los pies bien enraizados y presionar hacia adelante mientras se “tira” hacia atrás.
Aunque a veces puede sentirse como una batalla tras otra, el dominio de esta pose fundacional ofrece grandes recompensas. Los músculos del muslo trabajan firmemente. Los pies y tobillos se estiran y fortalecen, los brazos se fortalecen a medida que se levanta la cabeza y el pecho abre y expande los pulmones, dando una gran sensación de vigor. La apertura de las caderas y el pecho, como a su vez, el fortalecimiento de las dos piernas y los brazos, preparan para todo tipo de flexiones hacia atrás y las futuras inversiones.
El drishti (mirada) va dirigido hacia los pulgares y se mantienen contraídos mula bandha (perineo) y uddiyana bandha (parte baja abdominal). Quienes tienen problemas de cuello deben conservar la cabeza en una posición neutral y no levantar la vista hacia las manos.
“El guerrero más poderoso es aquél que se conquista a sí mismo.” – Confucio
Importante: Todas las asanas deben aprenderse con la guía de un Instructor calificado.