Cuando escribimos, solemos incorporar otras voces, es decir, reproducimos lo que dijeron otras personas. Estos fragmentos pueden servirnos como cita de autoridad, aunque también podemos insertarlos en nuestro discurso para refutarlos o para parodiarlos. Sin embargo, cualquiera sea nuestra finalidad, es necesario manejar ciertas reglas relacionadas con el pasaje de estilo directo a estilo indirecto.
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Los artículos
En español existen dos clases de artículos: el definido o determinado –el, la, los, las–, y el indefinido o indeterminado –un, una, unos, unas–. Son una de las primeras palabras que aprendemos, pero no siempre conocemos todas las reglas para usarlas adecuadamente. Sintetizaremos algunas normas sobre género y número, y otras sobre supresión y contracción del artículo.
Los adverbios
Uno de los conceptos que resultan importantes a la hora de escribir es el de clases de palabras en español: sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, pronombres, preposiciones, conjunciones. Conocerlas nos ayuda a saber qué posición pueden ocupar dentro de la oración, qué modificadores pueden recibir, qué variaciones presentan y qué significan. En esta entrada, vamos a analizar los usos correctos de algunos adverbios: adentro/dentro, adonde/donde, atrás/detrás, enseguida, entretanto, quizá, demasiado.
Preguntas frecuentes II
Con frecuencia recurrimos a los diccionarios solo para consultar los significados de determinadas palabras. Sin embargo, un diccionario es más que eso, y con solo consultar los dos de la RAE el Diccionario de la Lengua Española y el Diccionario Panhispánico de Dudas, podemos comprobar que nos ofrecen, además de definiciones, cuestiones de normativa, reglas que nos ayudan a construir oraciones bien escritas más allá del uso correcto de una palabra en particular. Además, una interesante opción que nos ofrece el sitio de la RAE es la solapa Español al día con las respuestas a las preguntas más frecuentes que la gente envía a la academia vía mail.
Más sobre verbos
No es la primera vez que nos dedicamos a los verbos. Nos cueste o no, usarlos correctamente es signo de una buena escritura, y una buena escritura implica aprender el significado de los tiempos y de los modos verbales, así como aprovechar cada uno de sus matices.
Extranjerismos II
En otra oportunidad planteamos el tema de los extranjerismos en español, crudos o adaptados, y de la necesidad de tomar decisiones acerca de usar determinada palabra en su idioma original u optar por su versión en español. Uno de los ámbitos donde más se actualiza esta cuestión es el de los medios virtuales de comunicación porque en ocasiones allí se hace un empleo –para algunos innecesario y abusivo– de palabras y expresiones extranjeras en las informaciones relacionadas con internet o con la tecnología. Estos usos también se verifican en nuestra vida diaria y nos obligan a pensar qué incidencia tienen (o no) en la degradación de nuestro idioma.
El texto explicativo
En nuestra vida diaria, nos enfrentamos a la redacción de diferentes tipos de escritos que pertenecen a variados géneros. Más allá de dominarlos, hay que saber también manejar las secuencias textuales de las que hablamos en la entrada anterior. Esta vez nos ocuparemos del texto explicativo que es aquel en el cual predomina la secuencia explicativa.
Secuencias textuales
Una secuencia textual es una unidad de composición, de un nivel inferior al texto, constituida por un conjunto de proposiciones que presentan una organización interna que le es propia. Es un concepto cercano al de superestructura textual, pero hace referencia a un esquema de organización del contenido, intermedio entre la frase y el texto. Son secuencias la narrativa, la explicativa, la descriptiva, la dialogal y la argumentativa; conocerlas ayuda a desarrollar habilidades de lectura y escritura.
¿Números o letras?
En los textos que redactamos a diario, es común que aparezca algún número: años, porcentajes, cantidades, etcétera. Seguramente, en más de una oportunidad nos preguntamos cuándo escribirlos con letras o cuándo respetar las cifras. En esta entrada, trataremos este tema tomando en cuenta algunas de las reglas que aparecen en el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE.
Coherencia: isotopías y progresión temática
Ya mencionamos varias veces en este blog el término “coherencia” e incluso dedicamos una entrada al tema. Sabemos que es una de las propiedades textuales, es decir, lo que hace que un texto tenga textura, aunque parezca un juego de palabras. Vamos a analizar cómo conseguir esa textura a través de las isotopías y de la progresión temática.
Planificar la escritura
Hasta ahora estuvimos dando consejos para redactar bien adecuándonos al lector, a la finalidad del texto, a su género, o aplicando las reglas de la normativa. Sin embargo, es importante, además, concebir la escritura como un proceso que empieza antes de lo que aparece plasmado en el papel: planificar, organizar y plantearse objetivos son actividades tan necesarias como la propia producción del texto.
Dudas frecuentes
Cuando nos comunicamos, no lo hacemos de la misma manera si es con un amigo o con nuestro jefe; si queremos convencer o informar; si tratamos tal o cual tema; si nuestro discurso es oral o escrito. A la selección que realizamos de acuerdo con las circunstancias, los interlocutores y los temas, se la denomina registro. Al considerar especialmente las relaciones entre oralidad y escritura, vemos cómo ciertos usos de la primera contaminan el texto escrito y nos llevan a dudar frente a algunas expresiones. En esta entrada analizaremos algunas de esas dudas: primer/primero-ra, inclusive/incluso, junto a/junto con/ imprimido/impreso.
Extranjerismos
La cuestión de los extranjerismos dentro del español es todo un tema. Entre aquellos que adoptan una postura extremista y vaticinan la disolución de nuestra lengua, y los que eligen cuanta palabra extranjera pueden, están los que intentan llegar a un acuerdo sobre qué hacer acerca de incorporarlos o no. La teoría al respecto es mucha, pero también hay muchos ámbitos en los que poco parecen importar las recomendaciones de la Real Academia Española acerca del tema. Como siempre, trataremos de llegar a alguna conclusión que nos ayude a escribir mejor.
Plural y singular: algunas reglas
Que el español es una lengua difícil es una afirmación fácilmente comprobable. Puntuación, tiempos verbales, gerundios, preposiciones son temas complejos, con muchas reglas, con algunas excepciones y con casos en los que la normativa sola no alcanza para resolverlos. Hay otros temas, sin embargo, que parecen más sencillos y que creemos dominar. Uno de estos es la formación del plural, aunque una mirada rápida a la Nueva gramática de la lengua española nos muestra que hay varias normas para tener en cuenta. Aquí intentaremos resumir lo básico para escribir lo mejor posible.
¿Todo junto o separado II?
Como ya vimos en otra entrada (al explicar los usos de sino y porque), hay palabras que pueden escribirse juntas o separadas, y que suelen generarnos dudas a la hora de elegir la forma correcta. Para ampliar el tema, consideraremos ahora las siguientes: abajo, demás, aparte, asimismo, conque, sinfín, sobretodo y quienquiera.
La tilde
Junto con el verbo, la tilde nos remite a la escuela, a interminables ejercicios y a largos dictados. Por supuesto, transcribir en esta entrada las reglas de tildación en español sería una tarea aburrida y poco práctica. Entonces, dejaremos de lado aquello de las agudas, graves y esdrújulas, o de los diptongos y hiatos para centrarnos en ciertas tildes cuya normativa no es tan difícil de memorizar y cuyo correcto uso colabora para conseguir un texto comunicable, que es al que siempre aspiramos.
La autocorrección
Donald Murray (1992), pionero en los estudios sobre procesos de escritura, afirma que “Escribir es reescribir”, y reescribir implica saber autocorregirse. La revisión es una instancia necesaria de la escritura, debe hacerse varias veces y en sucesivas etapas, debe servir para mejorar el texto, afecta a todos sus niveles, y siempre implica tomar una necesaria distancia para no pasar por alto ningún error. Revisar, además, es ponerse en el lugar del lector y tener en claro la finalidad del texto.
Los verbos
Los verbos nos torturan desde que estamos en la escuela primaria. Intentamos aprender los nombres de los distintos tiempos, memorizar sus desinencias, saber a qué modo pertenece cada uno, pero no siempre logramos lo más importante: usarlos correctamente y aprovechar los diferentes matices que otorgan a nuestra escritura. En palabras de H. Weinrich, lingüista: “Al fin y al cabo no se expresa bien una oración para entender bien los tiempos, sino que expresamos los tiempos para entender bien la oración. Los tiempos nos están dados como información y no planteados como acertijo”. Usar mal los verbos es exigirles a nuestros lectores que repongan esa información que debería estar redactada claramente.
Las comillas y las cursivas
Así como pasa en otros usos de la lengua, el de las comillas y las cursivas suele presentar dudas. Muchas veces, además, nos tomamos ciertas libertades al elegir unas u otras, aunque en realidad hay reglas precisas.
El mail
El mail es una de las formas de comunicación más utilizadas a diario. Tiene, además, la particularidad de ser escrito, pero con características de la oralidad. Es inmediato, rápido y da la impresión de no estar sujeto a normas. Sirve tanto para uso personal como para uso corporativo, y ahí es donde la rapidez y el poco cuidado en la escritura pueden contribuir a crear una mala imagen de la empresa. Por esta razón, conviene tener en cuenta algunas pautas.