Si no tiene remedio por qué quejarse, si tiene remedio por qué quejarse…

#CoachingPersonal

“El pesimista se queja del viento…
El optimista espera que cambie…
El realista ajusta las velas”

Pare de Quejarse

Cuentan que un hombre tenía un perro acostado en el piso de madera de su casa con la particularidad que cada vez que el perro se movía, se quejaba.

Un amigo de este hombre había ido de visita y se extrañó al ver al perro tumbado, molesto y aullando cada vez que hacía determinado movimiento, así que decidió preguntar…

- “¿Qué le pasa a tu perro que se queja de esa manera?”

- ” Ah! es que está acostado sobre un clavo y cada vez que se mueve le duele”.

- “Bueno ¿y por qué no se corre?”, replicó el amigo.

- “Creo que porque le molesta lo suficiente como para quejarse, pero no lo necesario como para cambiar de lugar”, contestó el hombre.

¿Cuántas veces vivimos situaciones parecidas a esta y nos quedamos en la queja?…

¿Cuántas veces resistimos el cambio y preferimos aguantar la molestia?…

Posiblemente nos contemos el cuento de que es mejor aguantarnos el clavo y quedarnos en ese “dolor conocido”.

¿Cuánto hay de miedo de salir de la zona de confort? ¿Será que nos acostumbramos “al clavo”?…

O tal vez tengamos miedo de no saber qué hacer cuando no tengamos nada por lo cual quejarnos…

Si no es ahora… ¿cuándo?… :)

Hasta la próxima!

Agostina Fasanella
Y el Equipo de Liderarte Consultora

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