Por: Luciana Paulise
Peter Drucker decía, ya desde mediados del siglo pasado, que toda empresa necesitaba una competencia fundamental: la innovación. La innovación no es sólo una cuestión de marketing o de desarrollo de producto, sino también se puede innovar en la resolución de problemas. En estudios de empresas exitosas se demostró que las que eran innovadoras tenían mejores resultados financieros en el largo plazo, los clientes las elegían porque siempre buscaban innovar, abrían nuevos mercados, tenían nuevas tecnologías y podían enfrentar mejor a las nuevas complejidades. Aún con estas estadísticas, los empresarios tienden a despreciar las ideas innovadoras por miedo al fracaso, por creer que son “naive” y no sirven para enfrentar los “verdaderos” problemas financieros, pero en mi opinión, “Donde hay crisis, hay oportunidad” como dije en mi nota anterior, y la innovación puede ayudar a ver esas oportunidades y sacarle provecho. Nos quedan entonces pocas opciones: quedarnos quietos hasta ver qué pasa, o innovar y ver todo desde otro punto de vista.
Mutuo beneficio con proveedores
Ya hay varias empresas multinacionales como Kimberly-Clark y 3M, que desarrollaron centros de innovación, donde se piensan en soluciones junto con los clientes. Por ejemplo, poner los pañales para adultos en un lugar especial de las góndolas junto con otros complementos para adultos, y no junto a los pañales para bebés fue una idea que surgió en estos centros. Si bien parece simplemente un detalle, incrementó significativamente la venta de este tipo de productos. En el caso de empresas PYMEs se pueden hacer pequeñas reuniones con los proveedores/clientes y un facilitador externo donde se hagan brainstorming o tormentas de ideas de mejora al menos una o dos veces por año (ver nota “Cómo generar ideas”), o utilizar también metodologías más disruptivas como TRIZ*. Estos días de vacaciones que suelen ser de baja demanda (según el rubro por supuesto) pueden aprovecharse para estos eventos así no hace falta gastar en horas extra.
Innovación para crecer
Facebook por ejemplo tiene “Creative labs”. Es como tener un start-up dentro de la propia empresa. Es una iniciativa que les da a pequeños equipos de gente la posibilidad y la libertad de generar apps o proyectos afuera de Facebook. No es que utilizan una oficina distinta o forman parte de otra organización, simplemente se organizan por proyectos y exploran nuevas alternativas. A principios de enero de este año un equipo de 15 personas desarrolló Paper, una especie de diario mobile. ¿Los beneficios? No sólo se desarrollan nuevas herramientas que pueden cambiar el futuro de Facebook en unos años, sino que permite premiar a los empleados y motivarlos al participar en proyectos únicos, creativos y con mucha libertad.
Google tiene un sistema similar, se llama “Google X”. En este caso se trata de una oficina separada de los Headquarters (está a pocas cuadras, se puede llegar en unas bicicletas dispuestas por la compañía para ello) y está dirigida por uno de sus fundadores, Sergey Brin y un científico emprendedor Astro Teller. El objetivo es trabajar en avances tecnológicos o “soluciones de ciencia ficción” como le dicen ellos. Incluyen proyectos como autos que se manejan solos, monitores de glucosa en lágrimas y otros 100 temas más.
¿Propuestas sólo aplicables a grandes empresas? Todo lo contrario, la innovación no tiene límites, debe aplicarse a todo tipo de empresa. Tanto es así que la norma ISO 9001 se está actualizando para en 2015 requerir a las empresas que certifiquen que demuestren que innovan como parte de las sustentabilidad de su negocio en el tiempo.
Si Roberto Goizueta, CEO de Coca-Cola dice “si esperas ser exitoso gestionando tu negocio los próximos 10 años de la misma forma que lo hiciste los últimos 10, estás loco. Para tener éxito tienes que alterar el presente”, ¿por qué no intentarlo?
*En mis próximas notas voy a estar dando más herramientas para ser innovador. ¡Espero sean útiles!
Luciana.paulise@biztorming.com.ar