Por: Fernando Taveira
De los 736 futbolistas que participan de la Copa del Mundo Brasil 2014, 80 defienden la bandera de un estado del que no son oriundos. Francia es el que más jugadores aportó (27), sin embargo, en el equipo conducido por Didier Deschamps se destacan Patrice Evra y Antonio Mavuba que tienen orígenes lejanos al país europeo. El lateral izquierdo del Manchester United nació en Dakar, Senegal, y el volante del Lille lo hizo en medio del océano, mientras sus padres se escapaban en patera de la Guerra Civil de Angola. “Nací en una barca pequeña, pero no sé nada más. Ni en qué mar estaba. Mi padre me llamó Río cuando era pequeño, como un apodo”, dijo el hombre, quien también disputó un partido amistoso para la selección juvenil de la República Democrática del Congo (ya que su padre era originario de la tierra que tuvo el nombre de Zaire).
La escuadra que más “desertores” tiene es la de Argelia, ya que de los 23 que componen la delegación árabe, 16 tienen orígenes en la tierra del champagne; incluso Hassan Yebda, Sofiane Feghouli, Saphir Taider, Yacine Brahimi, Nabil Bentaleb, Faouzi Ghoulam y Carl Medjani fueron parte de los seleccionados juveniles de “Le Bleu”. En cambio, Cedric Si Mohamed, Mehdi Mostefa, Madjid Bougherra, Medhi Lacen, Liassine Cadamuro, Aissa Mandi, Rais M’Bolhi, Nabil Ghilas y Riyad Mahrez optaron desde sus inicios jugar para el combinado africano. Además, su entrenador, Vahid Halilhodzic, fue concebido en Bosnia y Herzegovina.
Justamente, el combinado balcánico cuenta con 6 deportistas que tienen raíces en países vecinos: Muhamed Besic, Zvjezdan Misimovic y Sead Kolasinac son alemanes; Emir Spahic y Mensur Mujdza croatas e Izet Hajrovic suizo.
El conjunto comandado por el alemán Ottmar Hitzfeld, que buscará su boleto a los octavos de final ante Honduras (donde se desempeña como director técnico el colombiano Luis Suárez), cuenta con Admir Mehmedi y Blerim Dzemaili, que son naturales de Macedonia, aunque también tiene entre sus filas a los africanos Gelson Fernandes (de Cabo Verde) y Johan Djourou (de Costa de Marfil). En tanto, Valon Behrami y Xherdan Shaqiri nacieron en Kosovo.
Estados Unidos, que tiene a Jürgen Klinsmann como entrenador, adoptó a los alemanes Jermaine Jones, Fabian Johnson, John Brooks y Timothy Chandler, algo que no llama la atención si se tiene en cuenta el notable trabajo que hizo el ex delantero para reforzar a su equipo. El hombre que fue campeón del mundo en Italia ‘90 llegó hasta Noruega para convocar a Mikkel Diskerud, un centrocampista nacido en Oslo.
Otro germano que hizo una labor muy intensa fue Finke Volker, aunque su tarea en Camerún no dio los resultados esperados. Los llamados de Joel Matip y Eric Choupo Moting, oriundos de Bochum y Hamburgo respectivamente, junto con las citas de los franceses Benoit Assou Ekotto, Charles Itandje y Allan Romeo Nyom no fueron suficientes para evitar el papelón: en sus tres presentaciones, los “Leones Indomables” recibieron nueve goles y convirtieron uno solo, lo que provocó la prematura eliminación de la cita mundialista.
Ghana, en cambio, también incorporó a cinco jugadores ajenos al país y al menos tuvo un torneo más digno. Si bien a los conducidos por James Appiah también se les complicó la primera ronda, en su segundo partido lograron empatar con uno de los candidatos al título. Los hermanos André y Jordan Ayew (el primero nació en Seclin y el otro en Marsella), junto con Kevin Prince Boateng, quien fue concebido en Alemania (su hermano juega para esa selección) fueron las piezas claves del representativo africano, que tuvo además a Albert Adomah (nacido en Inglaterra) y Adam Kwarasey (en Noruega).
Por su parte, Sabri Lamouchi convocó Jean Daniel Akpa, Souleymane Bamba y Giovanni Sio, quienes tienen un origen francés; y sumó a Mathis Bolly por su actuación en la Bundesliga, aunque su vida haya comenzado en Noruega. Los “Elefantes” cayeron con Colombia (que tiene al argentino José Néstor Pékerman como DT) y derrotaron a Japón (conducido por el italiano Alberto Zaccheroni, que convocó al defensor estadounidense Gotoku Sakai), pero un penal agónico ante Grecia los marginó de los octavos de final.
Sin dudas, el juego de Holanda llamó la atención de los fanáticos. La goleada sobre España, y las victorias ante Australia y Chile depositaron al elenco de Louis van Gaal en la segunda fase con puntaje ideal. Para ello, el entrenador incluyó al portugués Bruno Martins Indi, al canadiense Jonathan De Guzmán, al suizo Terence Kongolo y a Georginio Wijnaldum, de Surinam. Con sus diez conquistas festejadas en la etapa inicial, el último finalista de Sudáfrica 2010 volvió a posicionarse como uno de los animadores del campeonato.
Con una realidad totalmente opuesta, los participantes que adquirieron a tres futbolistas de países ajenos no dejaron una gran impresión. Croacia, con el austriaco Mateo Kovacic y los brasileños Jorge Sammir Cruz Campos y Eduardo Da Silva, no logró el objetivo de llegar a la segunda fase. Sus caídas ante Brasil y México terminaron con el sueño de Niko Kovac.
Sin embargo, Grecia, que tiene al checo Loukas Vyntra, al alemán José Holebas y al albano Panagiotis Kone, logró la hazaña con la mezquina propuesta del portugués Fernando Santos. Con los conceptos del Catenaccio, el campeón de la Eurocopa del 2004 perdió con Colombia 3 a 0, rasguñó un empate sin goles frente a Japón, y superó a Costa de Marfil en la última jugada del encuentro. Contra todos los pronósticos, el “Barco Pirata” se metió entre los 16 mejores.
Portugal, en tanto, cuenta con los africanos Éder (de Guinea Bissau), Nani (de Cabo Verde) y William (de Angola), pero su estrepitosa caída en su debut y el empate con Estados Unidos lo posicionaron en una situación muy complicada para avanzar a la siguiente fase. La realidad indica que un milagro haría clasificar al elenco lusitano.
En la misma zona, Alemania, con los polacos Lukas Podolski y Miroslav Klose (máximo goleador en la historia de la Copa del Mundo junto a Ronaldo), amenaza con llegar a las instancias finales. Con la efectividad de haber anotado seis goles en sus primeros dos encuentros, los de Joachim Low sólo necesitan un empate para asegurarse el boleto a la ronda decisiva.
Lo mismo que intenta hacer el conjunto del argentino Jorge Sampaoli, que entre sus jugadores se destacan Jorge Valdivia (de Venezuela) y Miiko Albornoz (de Suecia). Chile logró seguir en carrera y dejar en el camino a España, que intentó fortalecer su delantera con el brasileño Diego Costa, y a Australia, que a pesar de tener al croata Dario Vidosic, los comandados por el griego Ange Postecoglou se despidieron en su segunda presentación.
En el Grupo D, Costa Rica sorprendió a las potencias internacionales y adquirió su pasaporte a la segunda ronda. Para lograrlo, el colombiano José Luis Pinto llamó a José Cubero Sánchez (nacido en Francia) y a Oscar Duarte (de Nicaragua). En esa zona, el primer eliminado fue Inglaterra, que tuvo al jamaiquino Raheem Sterling. Así mismo, Uruguay, con el argentino Fernando Muslera, se dirimió la clasificación con la Italia del brasileño Thiago Motta y el criollo Gabriel Paletta, y fiel a la vieja costumbre del “Maestro” Tabárez, la “Celeste” hizo historia.
Otro de los esperanzados a quedarse con el trono es Argentina, que en su ofensiva tiene a Gonzalo Higuain, quien se crió en Brest. En la primera fase, los albicelestes tuvieron que sufrir más de la cuenta en el choque ante Irán, ya que los del portugués, Carlos Queiroz, contaron con Daniel Davari, de Alemania, y Steven Beitashour, de Estados Unidos, para integrar el Catenaccio propuesto por el lusitano. Para su tercera presentación, los de Alejandro Sabella ya tienen la garantía de jugar los octavos de final, y su partido será contra Nigeria, selección en la que se destaca Peter Odemwingie, de Uzbekistán.
Finalmente, las escuadras de Ecuador y Rusia se suman a la lista con sus entrenadores extranjeros. Los sudamericanos cuentan con el colombiano Reinaldo Rueda, y los europeos con el italiano Fabio Capello, que en su debut empataron con Corea del Sur y en su segundo encuentro cayeron con Bélgica, un combinado que quiere ser la sorpresa con alternativas como Anthony Vanden Borre, de la República Democrática del Congo.
