23. El después del amor

#AmoresTóxicos

“Dolido: Imaginándose muerto, el sujeto amoroso

ve la vida del ser amado continuar como si nada hubiera ocurrido”.

(Roland Barthes, “Fragmento de un discurso amoroso”)

 

Listo, ya fue. No da para más, cada cual a su cucha.

Todos esos lindos momentos compartidos, esas vacaciones, la noche que amanecieron por primera vez, el día que ella usó tu camisa, la tarde que él te dio de fumar. Cuando te hiciste el macanudo con su abuela, cuando le llevaste la chocotorta a la madre para el cumpleaños. La mañana que corrieron a la farmacia para comprar la pastillita, la noche que ella te dijo que “todos estamos solos”. El día que le dijiste que no te enamorabas así porque sí. Los muditos, la taquicardia y el siestero. Hablar del futuro, coincidir en los proyectos, fantasear con una familia. La primera vez que cocinaron juntos, aquel concierto y aquella película. El día que tu amigo te dijo que ella era recopada, el día que tú amiga te dijo que él era un dulce. La pelea adentro del auto… la reconciliación.

La mirada ausente, el silencio prolongado. Los olvidos, los cambios de prioridades, las dudas. La angustia en la garganta, la negación, el hacerse el boludo. La fuga de la cucharita, el pico rápido, el “no sé qué me pasa”. Las conversaciones que no acuden, el tiempo libre sin vos y la depresión de la lluvia. Llorar como un grito de esperanza, pegarle una trompada al ropero, sentirse un sorete. Tener la certeza que la vida es una mierda, que esto no puede estar pasándote a vos. ¿Cómo puede ser si hace quince días me habló de buscar departamento? Conjeturas inútiles: que las amigas, los parientes o el puto Facebook. Si tenés suerte y estás bien asesorado… Cortázar; sino Osho. Riesgos colaterales: Arjonizarte.

Media naranja

El después del amor, si sabés transitarlo, se convierte en el antes de un vínculo saludable. El primer amor siempre es patológico. Te comprás el verso de la media naranja y andás buscando a tu otro yo en la persona de un pobre tipo que anda buscando lo mismo que vos. El amor narcisista es como comprarse un espejo y llevarlo encima todo el día. Cuando encontrás a alguien que le gusta lo mismo que a vos, escucha la misma música y elige tu misma ropa, es como si salieras con vos mismo. Uno de los dos a la larga no lo tolera y comienza el proceso de ir desconcentrando la energía hacia otro lugar.

El duelo es un guiso

Los duelos duelen y necesitan atravesar un proceso. No hay magia ni milagro. Un clavo no saca ningún clavo. Entre reconocer la perdida, reaccionar frente a la separación, recordar al perdido, extrañarlo, renunciar a los proyectos comunes, saber qué hacer con esa energía que tenía depositada en el otro y salir nuevamente a la vida sin ese otro… mínimo un año.

La fórmula

Para estar bien con el otro primero tengo que aprender a estar bien conmigo mismo.

El amor de tu vida o el hombre de tu vida

Difícilmente termines construyendo un vínculo con el amor de tu vida. El amor de tu vida es una beca de capacitación que te prepara para recibir al hombre de tu vida. Será menos intenso, mas light, menos apasionado, pero te dará seguridad, permanencia en el tiempo y factibilidad de tus proyectos ya sean individuales (estudio, trabajo) o en común (familia, hijos). El que busca impulsivamente llenar el puesto vacante del amor de su vida está fijado en un estadio narcisista cuasi adolescente donde sigue buscando a ese igual en el otro y zafando (provisoriamente) de celebrar el encuentro más importante que es el encuentro consigo mismo.

Para encontrar al compañero/a de tu vida hay que prepararse

Pensátelo

http://www.youtube.com/watch?v=MylO1WOQaAI

 

C.C.C. (Compartan, Comenten y Critiquen)